Un magnífico Jueves Santo de luz y cofradías nos ha regalado la primavera para resarcirnos del año pasado. Desde Poniente hasta el Alpargate toda Córdoba se echó a las calles para abarrotar las orillas de cortejos y pasos en una maravillosa bulla infinita que se nos empezó a escapar de las manos entrado ya el Viernes Santo dejándonos una vez más el sabor agridulce de no poder disfrutar de esa Madrugá que Córdoba merece y que la cobardía de unos cuantos nos niega.
Recordatorio En el Candelero: La Paz a pie de calle