Blas Jesús Muñoz.
2014
Este año se ha producido la revolución del pregón de Semana Santa o, para muchos, una devaluación irremisible. No se basa tanto en el nombre y apellidos del pregonero de turno, sino más bien en el cambio de criterios a la hora de llevar a cabo la selección.
2014
Este año se ha producido la revolución del pregón de Semana Santa o, para muchos, una devaluación irremisible. No se basa tanto en el nombre y apellidos del pregonero de turno, sino más bien en el cambio de criterios a la hora de llevar a cabo la selección.
La búsqueda de notoriedad puede ser uno de esos criterios, si tenemos en cuenta que fue un periodista (Rafael Cremdes) el elegido para tomar el atril en 2014. Lo que no pareció tomarse en cuenta es que la notoriedad la otorga la importancia de la Semana Santa en cuestión, de la ciudad, de la conservación de sus tradiciones y, los demás elementos, van cayendo por su propio peso.
Ello no obsta a que el criterio pueda ser respetable, más allá de que se comparta el criterio. Si bien la línea trazada -que proseguirá en 2015- da pie a pensar qu se ha profundizado por un camino netamente provnciano, si tenemos en cuenta que el periodista en cuestión es conocido a nivel regional. Este hecho desmonta el principiode repercusión, pues si lo que se busca es protagnismo a toda costa, mejor traer a un comunicador de nivel nacional.
Otro de los puntos oscuros de la elección radica en el abrazo al "todo vale", pues como el propio pregonero señaló no es cofrade. Nos adentramos pues en un universo en el que los criterios parecen estribar solamente en la repercusión mediática, obviando que el atril del Gran Teatro supone un escaparate de cuanto son nuestras cofradías. Si el pregonero nada tiene que ver con la Semana Santa, como resulta evidente, al espectador ajeno a las hermandades le parecerá que en Córdoba no hay que ser cofrade ni tiene porqué gustarte este ámbito de la religiosidad popular para ser parte del mismo. Con lo que se ahonda en el fallo de concepto y da que pensar que nuestros dirigentes o bien lo tienen, o bien lo obvian.
Todo ello vino trufado de una actuación, porque en eso consistió el pregón, en la que hubo pasajes que recordaron a cuanto podemos leer en las páginas de de la revista de la propia Agrupación. Además, hubo baile y, a uno al ver el vídeo, le recordaba más a un espectáculo de FIBES o una de esas películas de Antonio Molina que a lo que allí se estaba representando.
2015
El año entrante pondrá sobre el atril a un torero. Juan Serrano "Finito de Córdoba" será el encargado de pregonar la Semana Santa. La designación y proclamación del pregonero recordó a otra época. Su relación con las cofradías, según se desprende de sus propias declaraciones, se ciñe a un año que salió tras una Imagen. Así que lo primero que descuella de la elección es que se pretende potenciar la figura del "penitente". Ése que no saca papeleta de sitio, ni se cubre ni hace falta que repita. Puede ser exagerado, pero no deja de ser una muestra más de que el criterio con que se nombra no tiene unos principios sólidos.
Por otra parte, se ha argüido que es una oportunidad para acercar al mundo taurino a las cofradías, quizá, como Goya y sus grabados al mundo de la pintura. Este tipo de declaraciones no hacen sino ahondar en la herida eterna de las cofradías de Córdoba, un universo sin autonomía propia, toda vez que necesita colindar con otros para tomar forma.
Volviendo al criterio de la repercusión, si pensamos en el escalafón taurino ocurre lo siguiente:
Grupo A
1º – Juan José Padilla: 68 corridas de toros en la temporada 2014
2º – El Fandi: 66 corridas de toros en la temporada 2014
3º – Iván Fandiño: 51 corridas de toros en la temporada 2014
4º – Miguel Ángel Perera: 46 corridas de toros en la temporada 2014
5º – Sebastián Castella: 42 corridas de toros en la temporada 2014
6º – El Juli: 39 corridas de toros en la temporada 2014
Tenemos que bajar hasta el puesto 19, con 25 corridas (15 de las mismas en plazas de segunda y tercera categoría) y 13 orejas para encontrar al mediático matador al que lo superan nombres como el de Joselito Adame (36 orejas en 30 festejos) o Manuel Escribano (43 orejas en 35 festejos).
Desde luego, claro no queda si el acto a partir de ahora estará cubierto por medios cofrades, aunque seguramente manden a algún redactor de la revista Hola. Cómo han cambiado las cofradías.