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sábado, 3 de enero de 2015

Enfoque: Costaleras, machistas y hackers


Guillermo Rodríguez. No hay más ciego que el que no quiere ver ni más sordo que el que no quiere escuchar. En las últimas semanas, una polémica se ha instalado en la opinión pública cofrade cordobesa. El origen de la polvareda según algunos está en la publicación en GdP de una carta de una costalera de María Auxiliadora manifestando sus quejas por la negativa del equipo de capataces que se encargará de llevar a Don Bosco a la Santa Iglesia Catedral el próximo 31 de enero con motivo del aniversario de su nacimiento, a aceptar mujeres bajo las trabajaderas. Nada más lejos de la realidad. Una vez más, nosotros hemos actuado exclusivamente de meros transmisores de una situación provocada por terceros.

Para poder analizar fehacientemente la cuestión, necesitaríamos más datos. Para empezar, la opinión y la postura del equipo de capataces a quien desde aquí ofrecemos nuestra humilde página para ofrecer su versión. En tanto en cuanto esta no se presente públicamente, su posición estará sometida a la crítica con datos incompletos. Existe la postura en casos como éste de que es preferible no alimentar el fuego, tal y como me comentó un cofrade con el que he tenido una buena relación hasta que esta polémica ha estallado y que está bastante enfadado por cierto. Respetando esta opinión, no la comparto. Yo soy de los que creo que hay que contar la verdad sin tapujos.

Cuando no se es absolutamente transparente, se alimentan las especulaciones en foros y mentideros. Y esto es exactamente lo que ha ocurrido en este asunto. En primer lugar porque hay una costalera que dice que no se les ha avisado para la igualá por ser mujeres. Que se han presentado diez compañeras pero que podrían haber sido veinte si se les hubiese avisado. Que el trato de parte de los asistentes masculinos fue cualquier cosa menos respetuosa. En fin, una serie de cuestiones imposibles de contrastar si el resto de los asistentes no ofrecen su versión de lo ocurrido.

En segundo, porque tal y como comentó mi compañero Blas Jesús Muñoz en su artículo "A las costaleras que se les niega un paso", el problema parte de que si los capataces deciden que no desean tener mujeres en la cuadrilla, lo que habría que hacer, en mi opinión, es decirlo abiertamente. Es cierto que se les podría tildar de machistas, como por otro lado ha ocurrido sin necesidad de haber abierto la boca, pero no es menos cierto que como capataces están en su derecho de decidir, si así se lo permite la hermandad u asociación que les otorga la responsabilidad, acerca de quiénes han de configurar su cuadrilla. Nadie diría ni mu si decidiesen que sólo quieren bajitos en la cuadrilla por lo que si no quieren mujeres, hay que respetarlo. Yo no comparto la idea de cuadrillas mixtas coexistiendo en las trabajaderas, pero si la posibilidad de una cuadrilla de hombres y otra de mujeres, ambas completas, que se turnen bajo el paso. En la última Semana Santa uno de los momentos que más me hicieron disfrutar, fue la entrada de la Encarnación en Carrera Oficial. Sin embargo soy un ferviente defensor de que los capataces han de tener absoluta libertad para configurar su equipo o su cuadrilla sin imposiciones, siempre que no se obedezca al capricho y si a cuestiones técnicas. Hay cofrades a los que no les gusta cómo anda un paso llevado mujeres; bien, es respetable, como lo es la opinión contraria. En este sentido nada que objetar. Pero en este asunto ha faltado claridad. Si hubiese existido mayor transparencia (aún se está a tiempo) se hubiesen evitado muchas especulaciones. Si no es cierto lo que dice la carta abierta, como me indicó este cofrade del que les hablaba, dígase en qué no lo es, puntualícese y aclárese. ¿O como no se quiere aclarar por el motivo que sea, tenemos que negar a esta costalera su posibilidad de expresarse?

Con el paso de los días la polémica ha derivado en “el asunto del tuit y el comunicado”. Les garantizo que muchos no supimos del mensaje hasta que no vimos el comunicado del Grupo Joven del Prendimiento. Un comunicado cuya transparencia dejó también bastante que desear. Más bien al contrario, su falta de claridad inducía a pensar que lo ocurrido era mucho más grave de lo que en realidad fue. En mi opinión hubiese sido tan sencillo como decir que “alguien, que por el motivo que fuese disponía de las claves de la cuenta, abusó de la confianza depositada por el grupo joven y la hermandad, publicando un mensaje deleznable y misógino que reprobamos con dureza”, en lugar de mencionar a un personaje anónimo como si fuese imposible acotar el circulo de sospechosos. La cuenta de GdP tiene una clave que poseen tres personas. Si algún mensaje inadecuado sale de nuestra cuenta, una de las tres habrá sido, no hay más posibilidad que esa. ¿Cuántas personas tienen o tenían la clave del grupo joven?. Pues una de ellas ha sido, punto pelota. Lo del anónimo, como si alguien hubiese robado las claves o hackeado la cuenta suena regular, cuando no a cachondeo.

El tema es bien sencillo. “Han abusado de nuestra confianza y por eso actuamos en consecuencia” y a partir de ahí el resto del comunicado, al que nada hay que reprobar, falta de ortografía aparte, que implica un error en el que todos estamos sometidos. Flaco favor hacemos cuando no somos capaces de asumir críticas en este sentido con un poco de sentido del humor, pero ya se sabe que el sentido del humor es una muestra de inteligencia. Salvo en ser más claro en relación al autor del impresentable, vergonzoso y repugnante mensaje, digno de ese eslabón perdido entre el mono y el orangután, como acertadamente comentaba Blas Jesús Muñoz en su enfoque del pasado 28 de diciembre, la actitud tanto del grupo joven de Prendimiento como de la Hermandad y la Asociación Salesiana ha sido correcta y así lo hemos querido manifestar entonces y manifestamos nuevamente. Si no hemos sido suficientemente claros hasta ahora, asumamos nuestro error y que quede hoy. Quien haya sido responsable de que se rechacen públicamente frases medievales como esa, merece todo nuestro aplauso, aunque entendamos que mayor claridad hubiera sido deseable. Seamos todos conscientes de que las organizaciones tienen una responsabilidad social incuestionable y han de mantener siempre una conducta ejemplar. Y por descontado, en ningún caso, repito en ningún caso, desde GdP se ha atacado ni hecho daño a la hermandad. No daña el que cuenta lo que ocurre sino el que actúa de forma incorrecta. Más bien al contrario, hemos reclamado mayor claridad para evitar especulaciones de terceros, que existen aunque nosotros no lo digamos, aplaudido la reacción del Grupo Joven al emitir el comunicado y reprobado con toda la dureza del mundo al impresentable machista que escribió el mensaje, que es quien realmente le ha hecho daño a la hermandad. Pero como comenzaba esta reflexión, no hay más ciego que el que no quiere ver ni más sordo que el que no quiere escuchar.

Sea como fuere, las puertas de nuestra casa están abiertas siempre para la opinión de todos, desde el educación. Una costalera lo pidió, una cofrade como todos nosotros, tan costalera como cualquiera de los que se meten bajo un paso y que merece todo el respeto del mundo. También lo están para el que quiera dar la versión opuesta o complementaria en lugar de despotricar en foros. El que quiera que llame y serán abiertas. Y el que no quiera, que no lo haga y siga adelante. No podemos obligar a nadie a llamar del mismo modo que nadie nos impedirá que se las abramos a otros y que la opinión libre y a cara descubierta siga teniendo un lugar preferente en GdP, ahora y siempre.















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