Blas Jesús Muñoz. A nadie escapa que los términos
aconfesionalidad o laicidad están muy en boga durante los últimos
tiempos, todo ello fomentado por las nuevas corrientes políticas que
comienzan a asentarse. la separación Iglesia-Estado, comprendida en
términos minúsculos ha tenido bastante repercusión en Córdoba durante
estos últimos días, cuando se retiró el Crucifijo del Ayuntamiento para,
más tarde, llevar a cabo la intentona de retirar el lienzo de San
Rafael que pintara Antonio del Castillo.
Con el
oficioso lema de "el arte a los museos", desde la alcaldía se mostraba
una llamativa preocupación más por los gestos de carácter simbólico que
por los hechos relevantes que, en principio, cualquiera pudiera pensar
que verdaderamente preocupan a los cordobeses.
La postura del Primer Teniente de Alcalde
Que
al Primer Teniente de Alcalde, Presidente de la Gerencia de Urbanismo y
cabeza visible de Izquierda Unida en Córdoba no parecen gustarle las
cofradías, se antoja cuanto menos razonable. De hecho, García es uno de
los defensores más acérrimos de la titularidad pública de la
Mezquita-Catedral, habiendo llegado recientemente a tildar las
inmatriculaciones de la Iglesia como "barbaridad urbanística y
administrativa que se ha hecho en la ciudad de Córdoba". Toda vez que se
ha manifestado claramente "defendiendo la titularidad pública de la
Mezquita-Catedral y de todos los bienes que ha inmatriculado la Iglesia
en la ciudad de Córdoba".
Respecto a la no
retirada del cuadro del Arcángel se ha mostrado más ambiguo en sus
declaraciones señalando que "un cuadro no es un problema para los
cordobeses y las cordobesas, para mí no lo es y para los cordobeses
tampoco". Añadiendo a las mismas que "cuanta más separación haya entre
Iglesia y Estado, mejor".
Clamor en las redes sociales
Las
redes sociales han sido un clamor contra la posibilidad, más que
fundada, de retirar el lienzo que pintara Antonio del Castillo con San
Rafael como protagonista, del consistorio municipal. El Arcángel, el
Custodio de la ciudad, es algo intrínseco a Córdoba, no solo en su
Basílica, sino en el buen número de esculturas que tiene repartidas por
la ciudad o en el propio estadio municipal de fútbol que lleva su nombre
(y, perdonen el inciso, a los cordobesistas nos ha echado más de una
mano).
A través de un comunicado, Isabel
Ambrosio da marcha atrás en la retirada, hacia alguno de los museos, del
cuadro de San Rafael que se halla en el Ayuntamiento, señalando que se
trata de "una obra de arte que representa al Custodio de la ciudad y una
figura clave de la idiosincrasia cordobesa, de manera que el lugar que
corresponde a este cuadro es el que actualmente ocupa en la sede del
Ayuntamiento".
Un grupo con una legión de
seguidores, en apenas unas horas, en Facebook, así como diversos hastag
en la red social Twitter, donde se ha defendido hasta la saciedad la
idiosincrasia netamente cordobesa del Arcángel, así como la negativa a
la retirada del cuadro de Capitulares y mensajes de diversa índole hacia
la Alcaldesa, parecen haber pesado en una rectificación que da cuenta,
no solo del poder de las RR.SS., sino de que la movilización, Córdoba
incluida, a veces consigue frutos.