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miércoles, 29 de mayo de 2013

La Túnica de la Hermandad Universitaria

Como un paso más hacia la Semana Santa, para integrarse con sus hermanas en el concierto de la Carrera, la Hermandad Universitaria estrena túnica este año. No hace con ello sino dar cumplimiento a su vigente Estatuto, redactado en 2000, aprobado en 2006 y reformado en 2008. Dice esta Regla, en su artículo 3, 5: “El hábito de la Hermandad será austero y consistirá en túnica de sayal negro inspirada en el hábito de San Pedro de Alcántara, atada con cordón blanco; sobre los hombros, muceta de lo mismo. La cabeza tapada con cubrerrostro de chinz negro y capucha de sayal negro. Los pies calzados con alpargatas de esparto negras.”

En una lectura superficial, este hábito se identificará con el de un fraile. Es una lectura precisa, no errónea. Quienes lo visten son fratres, hermanos, miembros de una hermandad, confraternidad o cofradía. Llevan el poso negro de los monjes de San Benito y el blanco de la atadura, que recuerda a los del Cister. Por lo mismo, evoca a los negros franciscanos y a los blancos dominicos. El hermanamiento de ambas órdenes mendicantes se certifica, como en tantos otros, en el retablo de San Pedro de Alcántara.

Una lectura más reposada descubriría que el espíritu de este recio reformador extremeño infunde austeridad en la Hermandad. La tela es de sayal, es decir, una lana basta, como la que visten las Hermanitas de la Cruz de Sor Ángela. Ropa pesada y a veces agobiante, que simboliza la carga de nuestros pecados, da sentido a nuestra penitencia y humildad a nuestro camino: “El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mt. 16, 24).

Antes de ponerse en marcha, los hermanos celebran la Santa Misa, que es tanto como la Pascua, es decir, la Cena del Cordero, en conmemoración del Paso del Señor. Por eso se llama la Misa del Paso. Dice el Señor: “Deberán comerlo así: ceñidos con un cinturón, calzados con sandalias y con el bastón en la mano. Y lo comerán rápidamente: es la Pascua del Señor.” (Ex. 12, 11) El cinturón es el cíngulo de soga franciscano, las sandalias son alpargatas de esparto, el bastón son los bordones que usamos como varas. Todo alude al acto de ponerse en marcha, que es el camino de la vida. Como los israelitas en el desierto, también nosotros peregrinamos en el páramo de este tiempo que nos ha tocado vivir. Como universitarios, hacemos la carrera, el curso, el camino, alumbrados por el farol, que encierra la luz de Cristo.

La alpargata tiene también un significado penitencial. Es el calzado representativo del costalero. Los nazarenos somos también costaleros en espíritu. Costaleros sin costal, que no racheamos el paso, pero que cargamos con el peso de nuestras culpas, rogando al Señor que nos libere de ellas por los méritos de su Pasión y Muerte. Y lo hacemos mostrando al pueblo el augusto dolor de la Virgen Madre, Nuestra Señora de la Presentación.

La muceta fue antaño indumentaria de labriegos y peregrinos, adoptada por los eclesiásticos. Las órdenes religiosas la alargaron en forma de media capa, como puede observarse en la reforma carmelitana o en los alcantarinos. La Hermandad ha optado por la versión más corta, que es la que pasó a la Universidad. Toda muceta lleva su capucha, que protege al peregrino, al licenciado o al doctor de las inclemencias del tiempo y al hermano del reconocimiento del mundo y de toda aquella distracción que no sea su camino.

La capucha va forrada de saco. Es símbolo antiguo de arrepentimiento, para implorar la misericordia de Dios. Cuando el profeta Jonás fue enviado por el Señor a predicar la destrucción a Nínive, las gentes le creyeron e hicieron penitencia, con ayuno, “y se vistieron de saco, desde el más grande al más pequeño” (Jon. 3, 5) Y el Señor se apiadó de ellos. El último elemento es el cubrerrostro de chinz. El chinz representa aquí el tejido penitencial comúnmente utilizado por las hermandades de negro. Se trata de una capucha destinada a mantener el anonimato del hermano o la hermana que va haciendo penitencia y a favorecer el aislamiento del mundo exterior, para ayudarle a meditar sobre la estación que está realizando.

Alberto Villar Movellán© – Hermandad Universitaria



Artículo redactado en 2009 por el Vicehermano Mayor, con motivo del estreno de la túnica de la Hermandad Universitaria en su tercera estación de penitencia.

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