Triana y su Hermandad del Rocío, han finalizado su camino número doscientos hasta la Virgen del Rocío. La Hermandad bicentenaria, vive un año inolvidable al que todavía le quedan bastantes eventos extraordinarios que celebrar.
Más temprano que otras veces, el Bendito Simpecado con la “Chiquitita” llegaba al arrabal e iniciar su caminar por su barrio ante la espera de sus vecinos, haciendo de ello, otro de los días grandes de Triana donde todos se echan a la calle a contemplar las carretas.
El transcurrir fue lento, al llegar antes de lo previsto. Visitó la Basílica del Cachorro, la Parroquia de la O y la Capilla de la Estrella, igual que en la ida pero a la inversa.
Calles adornadas, petaladas, un ambiente alegre allí por donde el Simpecado pasaba, algo tan necesario en estos duros tiempos que corren.
Anécdotas graciosas que a su vez fueron emotivas, como los jóvenes de la Hermandad que portaban a hombros a un sacerdote y lo llevaban ante la carreta de plata para rendirle homenaje a la “Chiquitita” entre la gran masa de personas que acompañaban al Simpecado.
Triana, el lugar como en todos y cada uno de los rincones de Sevilla, donde se sienten las raíces y se vuelcan con ellas cuando la ocasión lo requiere.
El Simpecado descansa en la calle Evangelista. En pocos meses, lo veremos llegar en su carreta hasta la Santa Iglesia Catedral, será en el mes de octubre, donde se pondrá el broche de oro a Bicentenario.