Reproducimos a continuación la siguiente noticia publicada el 11 de enero de 2008 en ABC Córdoba. para que hagan, como a veces les pedimos, un ejercicio de lectura y extracción de conclusiones propias. Únicamente queremos hacer hincapié en las vueltas que da la vida para algunos cargos públicos, dónde estaban entonces y dónde ahora, pero sobre todo en la carrera pausada pero constante que ciertos sectores de poder han emprendido en los últimos años para, como dijo María Victoria Briceño, descristianizar la cultura y la sociedad.
Gente de Paz
La Junta convierte en «laicos» a los santos patrones de Córdoba
La hornacina, frente a la imagen de San Rafael, contiene dos palmas de martirio.
Varias asociaciones y entidades católicas lamentaron el resultado final de la hornacina que frente a la imagen de San Rafael Arcángel se ha recuperado en el Puente Romano de Córdoba. El pequeño altar, que ya existió en el siglo XIX y del que habla Pío Baroja en su obra «La Feria de los Discretos», acoge desde el pasado miércoles una composición que recuerda a los patrones de Córdoba, los Santos Mártires Acisclo y Victoria.
Precisamente su denominación es el motivo de la queja de Presencia Cristiana, Acción Católica o la Agrupación de Cofradías, cuyos máximos responsables se mostraron contrariados por la denominación de los patrones como «Acisclo» y «Victoria» sin antecederlos el apócope «san», como sería preceptivo en este caso.
Así lo expresó la presidenta de Acción Católica, María Victoria Briceño, que consideró que «aunque se empeñen en descristianizar la cultura y la sociedad, la sustancia está».
Según explicó, «pese a quien pese, los patrones están en el recuerdo de la ciudad». No obstante, consideró que en un monumento civil «tampoco es necesario aclarar toda la historia de estos mártires, aunque no hubiese estado de más añadir en la hornacina que son los patrones de Córdoba», para quien no tenga conocimiento de ello.
«Las cosas por su nombre»
En la misma línea se situaron la presidenta de Presencia Cristiana, Felipa Bautista, y el presidente de la Agrupación de Cofradías, Francisco Alcalde. Ambos se felicitaron porque los patrones de Córdoba tengan un lugar en el Puente frente al Custodio de la ciudad, aunque no entendieron que hayan suprimido el apócope que expresa santidad.
Bautista consideró que «los cordobeses sabrán quiénes son Acisclo y Victoria», junto a cuyos nombres se representan dos palmas, símbolos martiriales, pero «quienes vengan de fuera deberán hacer un alarde de imaginación», dijo.
En su opinión «hay que llamar las cosas por su nombre» si bien evitó pensar que se haya hecho con mala fe, aunque no dejó de reconocer que tal y como ha quedado la hornacina no se entiende lo que quiere decir.
«Tal y como era»
Por su parte, el presidente de las cofradías de Córdoba -actualmente, en un alarde de coherencia, concejal en el Ayuntamiento de Córdoba por el Partido Socialista- apuntó la necesidad de haber mantenido esa hornacina «tal y como era cuando estaba puesta ahí». Según comentó, cuando se reconstruye algo hay que ser respetuoso con lo que había, de manera que el cristal instalado no estaría, así como la composición del interior, aunque, de hacerlo así, «quizá desentonase» con la línea estética de la restauración. No obstante, dijo que «es para felicitarse que en esta época se recupere un altar en honor de los patrones».
El pasado miércoles, el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, destacó que las obras de restauración, urbanización y consolidación del Puente Romano de Córdoba, han sido «escrupulosas» con su historia, aunque afirmó que «no pueden gustar al cien por cien de los ciudadanos».
Esta obra ha costado 13,5 millones de euros y se enmarca en el Plan de Actuaciones de la Junta para restaurar el Eje Monumental.