Ayer, en la soledad de mi hogar, escuché una conversación que me dejó atónita. Escuché estas palabras:
“¡Qué raro!, ya puedo oler el azahar de la calle; puedo percibir el olor a incienso cerca; escucho las notas de las marchas Campanilleros, Coronación de la Macarena, Aniversario en Santiago…., y sin embargo, yo sigo donde siempre, nadie ha venido a buscarme este año. Se habrán olvidado de mí…”
Al escuchar esto, salí corriendo pasillo arriba, para ver de donde salían aquellas palabras, y cual fue mi sorpresa… ¡era mi hábito nazareno blanco de pureza!, que este año, se quedará sin salir. Este año en su papeleta de sitio pone: “colgado en la percha”. Revivirá tiempos mejores, donde cada Cuaresma, Semana Santa y días posteriores, mi casa era un júbilo constante y sonrisas sin parar.
Ahora, nos falta un pilar importante, pero sobretodo la ilusión. Esa ilusión que se han encargado de ir adormeciendo poco a poco, casi darnos cuenta. Pero que estoy segura que volverá, y el día que vuelva a despertar, lo hará con más fuerzas y ganas que antes, y será capaz de combatir contra la falsedad, la hipocresía, la prepotencia y la arrogancia de este mundo.
Mi querido compañero, mi sagrado hábito, mi amigo y confidente de tantas reflexiones…, este año soñaremos juntos los dos, pero vamos a inundar nuestros corazones de Esperanza y Humildad..
Raquel Medina Rodríguez