Les dejo, mi Homenaje en el Pregón de Juventud del año 1996, donde me acordé del Maestro. Viví desde niño una vida en Hermandad, en mi rincón de Capuchinos, rodeado de muchísima gente que siempre me enseñaron, y me educaron en el mundo de las Cofradías. Tristemente, poco a poco muchos de ellos ya no están, en cuerpo, pues sus obras siguen ahí, tan presentes como el día que las realizaron, o sus consejos e incluso manías. Siempre, siempre, pensé que cuando se marcharon muchos se dieron cuenta lo que habían dejado de legado en la Hermandad, o como en el caso de Rafael, en las Hermandades. Yo, si le hice mi pequeño homenaje a Rafael en vida, estas pequeñas líneas.
(...) Como no terminar hablando del Costalero, sin evocar a quien yo creo que puso la gran semilla en nuestra Semana Grande, que lo seguirá siendo, porque personas como el, aún están entre nosotros.
Una enfermedad, intentó llevárselo al cielo, luego nos pudimos enterar, que no, que no fue esto así, que no era cierto.
Una Gran Magna Cofrade, de la gente valiente de verdad, se estaba organizando entre nubes, allá arriba, donde tantos y tantos cofrades. Ya se llevaron hace años a la mejor Camarera que la Virgen de la Paz tuvo, y tendrá, Doña Carmen Jurado de Gálvez, la que seguro sigue a su lado, observando como aquí, los nietos que ella dejo, intentamos cada año mejorar el trabajo que Ella y Don José, hicieron.
Pero claro, como mejor Camarera, también querían al mejor Capataz.
Menos mal que nos lo dejaron, tiempo arriba tendrán de disfrutar con el, que ellos ya lo tuvieron años.
Que lo dejen un poco más entre nosotros, entre la juventud, que tanto necesita escuchar de sus vivencias, de los años en que el solo, casi todos los días de la Semana, luchó tanto por la Semana Santa y porque ninguna Hermandad, tuviera que quedarse en casa por falta de material humano debajo de los pasos.
Todos, ya, sabréis de quien os hablo, os hablo del Maestro.
A esa buena persona
A ese abuelo que nos crió,
Esa veleta soñadora
Que consiguió todo lo que soñó
Sus canas, las tiñen los recuerdos
Su familia, la que le mandó Dios
Por hacer aquellos esfuerzos,
Y que bien le pagó
Gran familia de capataces
Padres, para la trabajadera del señor
No creo que seamos capaces
De darle tanto como el nos dio
Siempre, con la pureza de su Paz
Con Capuchinos por orgullo
Enseñando, inculcando la amistad
Educando siempre a los suyos
No os lo vayáis a llevar
Que ya bastante os habéis llevado
Dejadlo un tiempo más
Que hace falta a los que el ha criado
Para unos como un padre
Para otros amigo, hermano
A ti, Maestro de Capataces
Rafael Muñoz Serrano (...)
Nos ha dejado Rafael, y asumible su pérdida por la maldita enfermedad que ya no mantenía una dignidad para un alma tan digna en este mundo. Rafael, se va dejando esa estela, la de que... Esto ya le quedaba chico, Rafael, ya se había comido a este mundo, cosa que no pueden decir muchos, y seguro que Rafael, al ver cómo Santiago, Santa Marina, San Pablo, su Taberna "La Gloria", y tantos y tantos Hijos Cofrades que él crió, fuera o dentro de los Pasos, se han fajado para de una levantá llevarlo al cielo, estará más que orgulloso.
Rafael, era un hombre querido, con carisma, siempre con su risa, y su... "niño míooo..." Rafael... Era Rafael, como dice al final de mi texto en aquel Pregón... Rafael Muñoz Serrano. No hay más que decir, pues con ningún nombre en Córdoba, se pueden decir tantas y tantas cosas.
Y fue un día en la mañana,
Y fue en tu Barrio de Cañero,
La campanas por tí tocaban,
Fué tu última levantá, al Cielo.
Se acercaron de cada casa,
de muchos lugares vinieron,
costaleros a los que diste tu alma,
lecciónes que seguirán en el tiempo.
Dejabas tu casa en calma,
muchas noches de Febrero,
a veces, volvía al alba,
entregar para tí, fué lo primero.
Y fué un día en la mañana,
tu familia, tu hijo, tu nieto,
Te hicieron la última levantá...
Hasta pronto capataz,
!!!A Dios abuelo!!!
Fernando Blancas Muñoz
Recordatorio Capataz de Capataces
