Fernández carga contra los políticos «que se aprovechan» de los ciudadanos.
La corrupción en las administraciones que destapan día sí y día también los medios de comunicación no pasa inadvertida para la Iglesia. Así lo dejó claro ayer el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, que lanzó una retahíla de críticas a los cargos que sucumben frente al oportunismo dominante plagado de ambiciones personales o de grupo.
La máxima autoridad de la diócesis, que ofició la misa en honor a Nuestra Señora de la Fuensanta, no tuvo reparos en responsabilizar a estos políticos de la situación de crisis actual. Ante un templo abarrotado, Fernández pidió a la Virgen «que nos libre del azote de la corrupción», y exigió a quienes se llenan los bolsillos a costa del erario público «que no se aprovechen, sino que sirvan. Para eso han sido puestos al frente, ¡para servir!».
También tuvo unas palabras para la crítica situación que atraviesan muchos desempleados de la provincia y, de nuevo, solicitó a los presentes que rogasen a la patrona «por que estas personas puedan tener un empleo digno y estable. Y que los jóvenes no tengan que irse a otro país para encontrar un trabajo», apuntó el obispo.
Monseñor Fernández recordó la jornada de oración celebrada el pasado sábado por la paz en Siria. «La guerra no arregla nada, sólo produce más guerra. No sé cuándo vamos a aprender. Hay países que viven situaciones muy dolorosas, donde sus habitantes son perseguidos y hasta martirizados, especialmente los cristianos», se lamentó el prelado. El obispo pidió «soluciones» a «quienes tienen en sus manos los destinos de los pueblos», pero que huyan «de la violencia».
Finalmente, Fernández quiso dejar claro a los presente el carácter religioso de la Velá de la Fuensanta, que en los últimos años ha sido objeto de confrontación: «está creciendo la conciencia de que lo que celebramos es la Natividad de la Virgen. Es cierto que se incluyen otras cosas, pero si dejamos que esas otras cosas sustituyan a la patrona nos estaremos equivocando», manifestó el obispo.