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lunes, 2 de diciembre de 2013

El Cristo de las Tres Caídas de Triana portaba cruz de carey

El historiador del arte Juan Antonio Silva Fernández, ha descubierto recientemente un documento inédito, que demuestra que antaño el Santísimo Cristo de las Tres Caídas, titular de la Hermandad de la Esperanza de Triana, portó sobre sus hombros una cruz de carey.

El hallazgo de dicho documento ha puesto de manifiesto que la corporación trianera, entonces residente en el Hospital del Espíritu Santo, tras la finalización de su nuevo paso de Cristo, suscribió acuerdo notarial con el ebanista Cristóbal de Yepes en 1716, para que ejecutara una cruz de carey y marfil, que habría de ser portada por el titular cristífero de dicha hermandad durante la salida procesional.

Parece ser que esta novedosa pieza, estrenada en la Semana Santa de 1717, recibió el aplauso general de los cofrades del arrabal y en suma de toda la ciudad, y quizás por ello, la Hermandad de la O acabó encargando una pieza análoga a los artistas Domingo Balbuena y Manuel José Domínguez en 1731.

Aunque esta obra suntuaria desgraciadamente no ha llegado a nuestros días, de haberse conservado, no cabe ninguna duda que sería una de las más antiguas que procesionan en nuestra Semana Santa, junto a la que cada madrugada porta el Nazareno de la Hermandad del Silencio, obra fechable 1635 y 1670, pues ya se ha dicho que la cruz que posee la Hermandad de la O fue encargada con posterioridad, al igual que también lo fue la que ahora porta Nuestro Padre Jesús de las Penas, obra ejecutada entre los años 1734 y 1735.

El resultado de esta investigación y todos los pormenores al respecto, aparecen recogidos en un artículo titulado UNA CRUZ DE CAREY Y MARFIL PARA EL CRISTO DE LAS TRES CAÍDAS DE TRIANA "Una obra del maestro ebanista sevillano Cristóbal de Yepes (1716-1717)", incluido en el número 658 del Boletín de las Cofradías de Sevilla, correspondiente al mes de diciembre.

Cabe reseñar que Juan Antonio Silva es Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Sevilla, y entre otros muchos trabajos dedicados al estudio de la escultura y el retablo hispalense de los siglos XVI al XVIII, es autor de la monografía titulada LA FAMILIA GARCÍA DE SANTIAGO "Una saga de imagineros y arquitectos de retablos en la Sevilla del Siglo de las Luces", que ha puesto en valor a esta familia de artistas dedicados al arte sacro hasta ahora casi olvidada, trabajo que ha sido recientemente galardonado por la Asociación Sevillana de Cronistas e Investigadores Locales como mejor trabajo de investigación del año.










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