El aumento de los usos podría generar una consulta a la Unesco. Hay que contar con la oposición de De la Hoz a que se desmonte la celosía.
La decisión de la mayoría de las cofradías la semana pasada de empezar a preparar el traslado de la carrera oficial al entorno de la Ribera y que todas las procesiones pasen por la Mezquita-Catedral fue una importante chicotá, valga la expresión, de este ambicioso proyecto, que hasta ahora no se había planteado oficialmente en la Agrupación Cofradías. Sin embargo, el camino es mucho más complejo de lo que se preveía, según ha podido conocer Diario Córdoba.
De hecho, el traslado de la carrera oficial, cuyo plan redactará la junta de gobierno de la Agrupación de Cofradías, choca al menos con tres inconvenientes: dos que afectan directamente al primer templo de Córdoba y un tercero respecto al entorno.
Hasta la Unesco
En primer lugar, la utilización de la Mezquita--Catedral para el paso de las 37 cofradías en ocho días requerirá, una vez que se haga la solicitud de la reformas pertinentes, un estudio funcional y de impacto de este nuevo uso, según ha conocido este periódico por fuentes de la Junta de Andalucía. Previsiblemente, no será la comunidad autónoma la que se oponga formalmente, aunque sí puede que lo haga la Unesco cuando se le eleve la consulta, ya que este uso adicional puede incrementar notablemente la presión y el deterioro que sufre el inmueble por los cultos habituales y el turismo.
De hecho, estas dudas ya se expresaron formalmente y fue uno de los reparos que Cultura puso al primitivo proyecto del Cabildo Catedral para la remodelación del Muro Norte de la Mezquita--Catedral, según ha conocido este periódico. Aquel proyecto se retiró por parte del Cabildo hace un año, antes de que se pronunciara formalmente la Comisión de Bienes Inmuebles de la Consejería de Cultura. Sin embargo, según estiman las citadas fuentes, la preocupación por la conservación de la Mezquita--Catedral si se disparan sus usos es un argumento que sigue vigente, con o sin remodelación del Muro Norte o de cualquier otra dependencia.
Cuestión Personal
El segundo de los grandes reparos al traslado de la carrera oficial viene del hecho de que, para que las procesiones pasen una detrás de otra por el interior del templo en una hipotética carrera oficial, es imprescindible que la Mezquita--Catedral cuente con dos puertas, desmontando, bien definitivamente o con un sistema que permita su apertura puntual, la celosía de la Puerta del Pilar que en los años 70 construyó el arquitecto Rafael de la Hoz Arderius. Al respecto, el hijo de De la Hoz Arderius, el también reconocido Rafael de la Hoz Castanys, ya ha manifestado públicamente en medios de comunicación y en reuniones mantenidas con responsables su rotunda oposición y la intención de alegar a cualquier proyecto y autorización que contemple la retirada, ni siquiera puntualmente o con un mecanismo a manera de puerta, de las maderas que se ensamblaron con los planos de su padre.
El tema de la Seguridad
Por último, el tercer reparo no afecta al templo, sino al entorno. Aunque la futura carrera oficial utilizaría como vía de acceso la amplia Ribera, hay que recordar que es el único gran espacio público abierto del entorno y que el resto son calles estrechas donde las aglomeraciones suponen un riesgo. Al respecto, hay que recordar también los reparos que puso un informe municipal de seguridad al proyecto hace un par de años. Este punto es (por ahora) el que menos preocuparía a los cofrades, dada la voluntad manifestada por el actual gobierno local del Ayuntamiento de tomar medidas al respecto y ante las palabras que ha venido ofreciendo el concejal Rafael Jaén, que cree perfectamente superable este último inconveniente e incluso considera que la actual carrera oficial tiene tramos con más riesgo que la planteada para el futuro.
Recordatorio La Casa por el Tejado
