Sin entrar a valorar las decisiones más o menos afortunadas de las juntas de gobierno de las distintas cofradías, las presiones que reciben ante las medidas que adoptan han subido de nivel de forma totalmente desproporcionada en los últimos tiempos.
Existen posturas a todas luces totalmente inadmisibles. Este tipo de acciones y situaciones, de más o menos tensión alrededor de las hermandades, en contra de determinados fallos, no sólo existen por determinados grupos de presión o grandes familias externos a los propios cabildos de oficiales, sino que en el seno de éste también surgen discrepancias y situaciones limites, que llevan a dimitir a determinados cargos, algo que se está convirtiendo en una moneda bastante corriente, creciendo esta circunstancia por años. Parece que lo extraño es la junta de gobierno que termina su mandato de forma completa.
La responsabilidad de estos miembros de las respectivas juntas de gobierno es en muchos casos nula y viene dada en ocasiones avalada por elecciones con el apoyo de estos grupos de presión, que ante una posible postura contraria a sus intereses por la junta electa de turno, hacen valer su posición de privilegio. Son muchos votos los que se mueven en este sentido, haciendo determinados hermanos de bisagra para la junta de gobierno y el determinado grupo. En definitiva, se hace «política rancia», como diría Paco Robles, y al más puro y demencial estilo bajuno que se pueda imaginar, pero apoyando los intereses futuros de este o aquel hermano para tener el poder a medio plazo, ya que podrían tener tras de ellos este tipo de colectivos, pero crispando y dividiendo de forma notoria el día a día de nuestras cofradías.
Estas realidades son totalmente inadmisibles y en determinadas hermandades se enquistan estas situaciones lamentables, llevándoles a un desgobierno continuado, porque entre otras cosas el margen de maniobra de la jerarquía de las hermandades cada vez es más reducida. Si cambian un capataz, una banda, coro, recorrido, etc…muchas veces da igual si es acertada o no la resolución lo importante es que se lleve a cabo con el apoyo de determinados colectivos, lo que es ilógico. Las cosas deben realizarse con un fin y con un convencimiento de lo que se hace, no por otras cuestiones.
Las hermandades son entidades totalmente democráticas y convocan cabildos de elecciones de forma cíclica, que están perfectamente regulados en sus respectivas reglas corporativas. El que pretenda gobernar y ser útil a su hermandad que se presente a estos sufragios, pero que no presione y chantajee de forma continuada a las respectivas juntas de gobierno de nuestras cofradías y sus decisiones más o menos acertadas, escondiéndose muchas veces en el seno de un colectivo de la propia corporación. Son posturas cobardes que deberían estar fuera del ámbito de las hermandades. Destruir es fácil, construir es otro cantar…