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martes, 14 de enero de 2014

“No vendo humo. Si salgo elegido, la casa no le costará nada a la hermandad”

Emparejado en edad al Papa Francisco, Juan Miguel Ortega Ezpeleta afronta su cuarto envite electoral en Los Gitanos con la vitola de no haber perdido nunca en unos comicios. El hermano mayor que cambió el rumbo de la historia de esta corporación al dotarla de un santuario propio retorna a la escena cofradiera con ganas de hacer realidad muchos proyectos.

–A un ex hermano mayor como usted, con 13 años de gobierno a sus espaldas y que ha logrado hacerse un hueco en la historia de su hermandad, ¿qué se le ha perdido en las elecciones del próximo 9 de febrero?

–Me mueve a presentarme otra vez las circunstancias en que la hermandad camina. Del programa que yo tenía como hermano mayor en mi último mandato quedaron pendientes muchas cosas y viendo que no hay visos de realizarse, y a petición de un grupo de hermanos, hemos decidido retomar aquellas ideas. (Esta candidatura ha partido del intento de integrar en una sola lista las diferentes corrientes de la hermandad. Se pensó en una sola candidatura por la pacificación de la hermandad, aunque ha habido dos tendencias que no se han querido integrar. No se ha podido conseguir el consenso para que hubiera una sola candidatura. Las reuniones que se promovieron para intentar llegar a un consenso fueron bajo la premisa de que no se designara de antemano al candidato a hermano mayor.)

–¿Ha cambiado mucho la hermandad desde que usted se marchó hace cuatro años?

–Cada persona imprime su carácter. Según la persona, así van los caminos. Los caminos de hoy son diferentes: en algunas cosas, la situación de la hermandad va bien, me agrada y en otras, no me agrada. Ahora mismo, la hermandad parece más volcada al exterior y poco al interior, lleva un camino muy dinámico en actos públicos y no tanto en recogimiento interior.


–¿Se podría decir que el suyo es un proyecto de consenso?

–Sí, sí, por supuesto. Nuestro trabajo va a estar volcado en acercar a los hermanos y en atender las necesidades de las familias en las circunstancias económicas actuales. La caridad va a guiar nuestra trayectoria. El lema de la candidatura, de hecho, será Nuestra singladura es la caridad, algo que se cumplirá a rajatabla si salimos elegidos. Queremos crear la Fundación Nuestro Padre Jesús de la Salud. Ahondar en la formación de los hermanos ante las carencias elementales de la sociedad de hoy, ya que hay muchísimas personas que ya no se bautizan o no pasan de la Primera Comunión o no cumplen con los preceptos dominicales. Vamos a crear un gabinete jurídico para que los hermanos aclaren cualquier duda de forma gratuita. Queremos impulsar las visitas domiciliarias a los hermanos que estén solos y retransmitir, pensando en ellos, los cultos de la hermandad ya sea a través de televisiones locales o internet. Y queremos conseguir de la autoridad eclesiástica un director espiritual, figura de la que adolecemos desde hace cuatro o cinco años.

–De salir elegido, ¿habrá una mayor fluidez en las relaciones con la Casa de Alba?

–Pues no lo sé. Yo hablo con la señora duquesa periódicamente y ha quedado una buena amistad entre nosotros.

–¿Le gusta el proyecto de casa hermandad que aprobó el cabildo general?

–Sí, está muy bien. El proyecto que teníamos nosotros era también bastante bueno y con otras aspiraciones que en éste no se recogen. Pero bueno, lo importante es que el proyecto no se dilate en el tiempo porque va a enriquecer mucho la vida espiritual y la convivencia de los hermanos.

–Una de sus promesas electorales es la búsqueda de una financiación alternativa para que el pago de la casa no lastre la economía de la hermandad…

–No solamente que se pueda hacer, sino que se hará. Claro que sí. Nuestra idea es, si los hermanos confían en nuestra candidatura, es que en los próximos cuatro años a la hermandad no le cueste nada, o casi nada, los plazos que hay que pagar de interés por la hipoteca. Otros de nuestros proyectos es que, cuando la casa esté terminada, la actual casa de la calle Socorro pase a ser un centro de día para atención de personas solitarias.

–¿Cómo se hace lo de pagar la casa sin que a la hermandad no le cueste nada?

–Teniendo dinero o buscándolo. Ya se han ofrecido algunas personas para atender esa cuestión. Esperamos conseguirlo. Después que nadie me tache de vender humo. Hasta ahora no he defraudado a nadie. Dije en cierta ocasión un templo nuevo, y no sólo es templo sino que es santuario.

–¿Y alguno de los donantes que, según usted, se han ofrecido a pagar la casa tiene un huerto claro donde madura el limonero?

(Sonríe de forma pícara, pero no contesta)

–¿Qué va a pasar con la agrupación musical de la hermandad?

–La agrupación musical de la hermandad es una bendición de Dios. Si salimos elegidos, queremos que la agrupación sea un grupo principal de hermanos, porque antes de ser músico se es hermano y para ello deben vivir el sentido de pertenencia a la hermandad. Y eso lo queremos reivindicar.

–¿Piensa en cambiar algunos de los cargos de responsabilidad de la cofradía?

–No, no. Mi idea es respetar a todo el mundo, si todos respetan las reglas, la hermandad y la unión entre todos.

–¿El vestidor tampoco va a cambiar?

–Eso ya la junta de gobierno que salga elegida pensará lo que tiene que hacer. Mi lema desde luego es que todo aquel que sea respetuoso con la hermandad y sus reglas, tiene su sitio respetado.

–¿Le gusta a usted esa nueva impronta que le ha dado Antonio Bejarano a la Virgen?

–Creo que son palabras hechas. Pienso, sin querer molestar a nadie, que todas estas cosas deben de quedar en el régimen interior de la vida de las hermandades. Esas cosas deben llevarse de la forma más privada del mundo. Si me gusta algo es que cuando veo a la Virgen de los Reyes la identifico por su vestimenta. Cuando veo a la Esperanza Macarena la identifico por su vestimenta. Esté quien esté de hermano mayor o de vestidor, la Macarena siempre lleva su vestido: sus esmeraldas, su fajín , su corona, su estilo… se la ve y se dice es la Macarena. Y como eso te digo lo mismo con la Esperanza de Triana, la Estrella, la Virgen del Museo. La Virgen de los Gitanos en estos momentos… no me identifico con Ella.

–¿Hasta dónde estaría dispuesto a ceder, si sale elegido hermano mayor, para solucionar los problemas de la Madrugá?

–El problema de la Madrugá es tan amplio que tiene varias muchas soluciones, entre ellas el cumplir con los horarios. Que la hermandad que cierra la jornada tenga 40 minutos de retraso y con lluvia, pues la verdad, apaga y vámonos. Hay otras soluciones que todos las sabemos, pero que son temas tabú y no se quieren tocar.

–¿No cree discriminatorio que un hermano no gitano no pueda ser hermano mayor de la cofradía?

–Ese tema lo traté en su día a nivel pastoral y el pastor de la diócesis me dijo que tanto en cuanto los hermanos siguieran votando a los hermanos de etnia gitana él lo respetaría, pero en el momento en que no fuera así, se elegiría al mayoritariamente votado. Un sentimiento, que no un razonamiento, podría ser que hay 60 hermandades de Sevilla y en todas tiene derecho a ser hermano mayor alguien que no sea gitano. En este caso sería bueno el considerar que prevalezca el razonamiento de que, a ser posible, el hermano mayor de la hermandad fuese gitano. ¿Por qué? Porque es la forma de integrarse de esta comunidad en el seno de la Iglesia

–¿Ha hecho algo en falta en las celebraciones del 25 aniversario de la coronación?

–Bueno sí, algo siempre se echa en falta. Yo he echado de menos una mayor presencia de la figura de mi hermano, ya fallecido, hermano mayor durante los fastos de la coronación. También he notado que han prevalecido otras cosas, otros temas y otras personas que han ocupado sitios en los medios y en la televisión, y a mi hermano pues realmente no se le ha tenido mucha deferencia.














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