Era el día de su onomástica y así lo manifestó el barrio entero que se hizo presente ante su hermosísima mirada, para presentar sus respetos y entregar una sincera ofrenda de amor, en forma de beso filial, a la bendita mano que enseñó a caminar al Humilde Rey de los Cielos... y a toda la humanidad. Nuestro compañero Antonio Poyato también estuvo frente a Ella para traernos este maravilloso regalo.
Guillermo Rodríguez