Hace algunas semanas, leyendo diversas páginas de noticias cofrades, me topé con un artículo que, porque iba firmado, sino hubiese pensado que había sido escrito por mi compañero Guillermo Rodríguez.
En él, y digo ya que era perteneciente al mundo cofrade sevillano, se hablaba de las extraordinarias y una frase llamó mi atención... "se convierte lo extraordinario en ordinario"... ¿recuerdan esa frase en un artículo de El Cirineo hace ya algunas semanas? Ahora, opiniones como aquellas seguro que no serán tan criticadas... habló Sevilla.
Como en botica, hay opiniones para todos los gustos. Desde los que creen que cada vez que una hermandad se echa a la calle, evangeliza y que esa es su función, hasta los que afirman que las hermandades tienen demasiados cultos en el exterior de los templos.
¿Estamos educando en que para cualquier evento, aniversario o efeméride, hay que salir a la calle con bombo y platillo, nunca mejor dicho? Aquí, como en muchos otros lugares, en lo que primero que se piensa cuando se dice: "...tal hermandad cumple años...", es en la posible fecha de la salida extraordinaria de turno. Para muestra... un botón, váyanse al calendario cofrade del próximo año.
Estamos educando para vivir las hermandades en la calle, y muy poco o nada, dentro de la Iglesia. En muchas ocasiones debo escuchar: "¿otra misa?, ¿pero cuántas hay?...", mi contestación es la misma: "estoy en una hermandad, en un grupo de la Iglesia, con unos fines específicos, si quiero perol y caña, me apuntaría a una peña".
Ahora que Sevilla se está planteando el tema de las extraordinarias... ¿nos lo plantearemos aquí también, ya que siempre vamos por detrás?
Raquel Medina