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sábado, 24 de enero de 2015

Enfoque: No abuchearon a la Macarena, aunque lo diga Pasión en Sevilla


Blas Jesús Muñoz. Será porque en los carnavales encuentro un espacio que me robaron algunos cofrades. Será porque hacia la Esperanza siento algo sumamente especial. Pero tengan claro que jamás renegaría de una imagen que sea sagrada para nadie. Como tampoco renegaría de Córdoba, de Sevilla, de Cádiz, de mis carnavales, aunque a ratos sobran ganas de decir no puedo más y cambiar de continente (inspirado en un pasodoble de J.C. Aragón). Porque no apostaría mi vida a un titular, por más que algunos lo repitan como un mantra caducado.

No la apostaría por un puñado de audiencia, como ya lo hicieron con el movimiento de los palios de Antonio Santiago que, probablemente, sea el mejor que han visto en su vida, si llegan a entender cómo debe andar un paso (harina de otro costal y de otro enfoque). Pero, claro, un titular así, como éste, vende y bloquea los vídeos en YouTube y, de camino, hacen mundialmente famoso al comparsista.

Anoche, mientras escuchaba la sesión, lo oí en directo (y tiene mérito porque una comparsa regulera es un suplicio. Mérito o locura, no sé). Mientras escuchaba recordé al Vapor cantándole al gallinero, salvando la distancia eterna entre el genio de Santa María y esta comparsa. Lo cierto es que los abucheos vinieron tras el primer cuplé que hacía alusión directa al gallinero y ahí se lió la traca. No contra la Macarena, como se ha dado a entender. Y tampoco supone un ataque a la libertad de expresión, pues en este juego la libertad es tanto para el que canta como para el que aplaude, se silencia o abuchea.

¿No se puede mostrar disconformidad si algo no te gusta? Se ve que no. Como se ve que se puede acudir a la libertad de expresión a conveniencia o jugar con las palabras a conveniencia para crear la opinión, la tendencia que conviene. No es nuevo. De hecho, la prensa es lo que ha hecho siempre, alinearse con quien interesa. Ni más, ni menos. Y en ese medio y su sucursal cordobesa pueden dar una master class de monárquica conveniencia o, lo que es lo mismo, ponerse muy exquisitos y luego tirarse a la arena de cabeza.

Pero no olviden una cosa, los abucheos, gritos y frases vinieron después del primer cuplé, no después del pasodoble. Los Ángeles Caídos salieron escoltados del Teatro por la Policía Nacional tras su pase de preliminares por un cuplé a Martínez Ares, no a Sevilla. A Manolo Santander se le indigestaron unos palomos. A los Cubatas, Caleta... Ésto es tan antiguo como el concurso. Igual que un buen titular transformando la realidad más pretérito aun.







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