Blas Jesús Muñoz. El camino se inicia, en ocasiones, por sorpresa, cuando la mañana sorprende con salves a la Virgen y el mar aun queda cerca, mientras la ciudad es un páramo de soles inacabados por el azul intenso que se cruza en la mirada que se define en el horizonte.
La tarde nos sorprendió de regreso. Siempre repleta de azules, de sonrisas y juegos, con la mirada expectante en los lugares comunes que nos aguardan, en el recuerdo de los que, alguna vez, fueron. Y miramos a la ciudad en su calor ritual, como se refleja en su amor para consolar los corazones.
Y las miradas se volvieron hacia Puerta Nueva, donde la Función la presidía el Obispo y su Virgen del Carmen ya reinaba los mares distintos de una Córdoba que aun se descubre cofrade en los pequeños detalles, en una procesión sencilla que abarca a su barrio para extender su abrazo eterno.
Y en San Cayetano Santa Teresa observaba sus cinco siglos, mientras Nuestra Señora del Carmen, mecida por los sones de Salteras, caminaba de la mano de la segunda generación de los Muñoz, de Rafael. Habían trascurrido apenas dos semanas del Regina Mater y las ganas de verla de nuevo, ensombrecían ese recuerdo para actualizarlo y demostrar el misterio del camino sin final que nos conduce hasta Ella, hacia el Carmen, en pos de la Virgen.
@BlasjmPriego
Foto Pachi Giraldo
Foto Pachi Giraldo
Foto José Luis Córdoba Jerez
Recordatorio La Crónica: A los pies de la Virgen