Blas Jesús Muñoz. La sucesión de acontecimientos que se ha venido produciendo durante las últimas semanas invitaba a pensar que el momento vivido el pasado jueves 27 se iba a producir, con bastante antelación o exclusividad, a una reunión con los representantes de las hermandades cordobesas.
Así las cosas, en la ante dicha jornada Pedro García, a la sazón Primer Teniente de Alcalde y responsable de la Gerencia de Urbanismo, se reunía con representantes de varias plataformas o peñas del Córdoba Club de Fútbol en virtud de la petición de rotular una calle con el nombre del desaparecido utillero de la entidad blanquiverde, "Litri".
Resulta llamativo que el edil municipal anteponga entre su orden de prioridades la concesión del nombre de una calle (sin que ello sea óbice para que le corresponda relevancia en su justa medida), a mantener conversaciones (conocidas a nivel público, claro está) con los dirigentes de las cofradías. Máxime cuando de hallan en el alero cuestiones tan relevantes como la apertura de la segunda puerta de la Catedral o la propia renovación o nuevo acuerdo para la concesión -o no- de la subvención, entre otras cuestiones.
En otro orden de asuntos, también resulta esclarecedor que se reúna con aficionados del club y no con los responsables del mismo, con los cuales García atraviesa una "delicada" situación. Recordando a políticas de perfil bajo en las que prima más la superficie que el contenido.
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