Blas Jesús Muñoz. El esperado Plan Nieto que pretendía hallar una solución definitiva a los problemas de los que adolece la Madrugá hispalense ha conseguido un consenso bastante evidente, pero -a diferencia de lo que cabría esperar en contra del mismo. Dicha solución ha encontrado u rechazó frontal por parte de las corporaciones penitenciales que componen la jornada más esperada de la Semana Santa. Y, en especial, la Hermandad de Los Gitanos se ha mostrado profundamente ofendida por algunos de los términos aducidos en dicho plan.
Concretamente, el hecho de lugar el paso de la cofradía de San Román por la Plaza de la Encarnación a posibles conflictos de orden público, no ha hecho sino provocar una reacción contundente por parte del organismo rector de la corporación. Desde la misma se aduce tanto al buen nombre de la Hermandad como a su comportamiento modélico en la estación de penitencia.
Así las cosas, para los gestores de la cofradía dicha "afirmación que supone una ofensa al buen nombre de la Hermandad de los Gitanos, una corporación con 262 años de historia, que lleva décadas transitando la Plaza de la Encarnación en su camino hacia la Catedral". Toda vez que consideran que "correspondería al Cecop determinar la existencia de un problema de seguridad, que de existir afectaría por igual a todas las hermandades que transitamos ese entorno con muy escasa diferencia horaria y en cuyo caso, la obligación de la junta superior del Consejo, sería la de exigir a las autoridades competentes las medidas necesarias para garantizarla, como ya se ha hecho en el pasado en otras zonas de la ciudad".
Un malestar que se ha proyectado en la duda de los miembros de la Hermandad acerca de los criterios seguidos para establecer dicho plan, ya que, al entender de la Junta de Gobierno de San Román, el mismo "no reúne los criterios de objetividad e imparcialidad que debiera presidir una propuesta, que nace de una entidad cuyo fin es velar de manera igualitaria por los intereses de todas las hermandades".