Redacción. La capilla de la Hermandad de la Expiración, como cada 1 de noviembre, estuvo presidida por Nuestra Señora del Rosario Coronada, dispuesta en su tradicional besamanos para la veneración de los fieles. La primera imagen que Álvarez Duarte tallase para Córdoba en 1973 lucía la saya y el manto de vistas negro a juego con antiguos bordados en oro que la Hermandad estrenó en 2013. Tras ella, bajo un dosel adornado con las bambalinas del palio diseñado por Fray Ricardo de Córdoba conjugadas con los paños de bocina obra de Jesús Rosado, la efigie de un Niño Jesús mostraba al espectador la cruz en la que se consumará la derrota del pecado. A los pies del mismo descansaban las reliquias de San Antonio María Claret que cada Viernes Santo procesionan en el paso de palio de la Virgen del Rosario.
El exorno floral de claveles blancos dispuestos en la capilla resaltaba aún más la belleza de la única Dolorosa coronada de oro en 1993 por el Obispo Infantes Florido en el primer templo de la ciudad, cuyo recuerdo se evoca en la singular capilla neomudéjar de la Hermandad de los Estudiantes. Nuestro compañero Antonio Poyato acudió a su llamada para dejar testiimonio del acto de culto con esta magnífica crónica gráfica.
Recordatorio El Rosario Matinal de Nuestra Señora Reina de los Ángeles en la mirada de Antonio Poyato