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martes, 3 de noviembre de 2015

El Cirineo: Círculo vicioso


Aquellos que piensen que las cofradías evolucionan de acuerdo con un línea cronológica temporal de tal suerte que lo vivido no vuelve a repetirse, están absolutamente equivocados. Quienes tenemos cierta edad hemos llegado a constatar de manera fehaciente que, al igual que sucede con las sociedades en las que se hallan inmersas, las hermandades experimentan un movimiento pendular que las conducen a alcanzar un extremo para ir desplazándose paulatinamente hacia la orilla contraria.

Este fenómeno se produce fundamentalmente por la concurrencia del factor humano en general y de la vanidad y la soberbia de determinados sujetos en particular. Suele ocurrir en multitud de ocasiones. Una serie de individuos accede al poder en una hermandad, adoptando el papel de genio renacentista, renegando de la realidad de la cofradía a la que pertenecen y a la que pretenden dar la vuelta como un calcetín modificándola esencialmente para convertirla en otra cosa, generalmente en una copia barata de alguna hermandad de otra ciudad por la que beben los vientos y en la que pasan seis de los siete días de la Semana Santa... en el mejor de los casos.

Y así modifican lo modificable y lo inmodificable, sin rubor alguno ni encomendarse a Dios ni al diablo. Sin importar si de un plumazo se altera la tradición heredada o se crea un engendro difícilmente digerible. Se que algunos dirán que hay ciertas hermandades con algunos elementos susceptibles de ser mejorados, nadie lo cuestiona. Pero una cosa es la matización sin renunciar a la esencia y otra muy diferente pretender crear algo presuntamente nuevo haciendo desaparecer el pasado. Porque no todo se invalida por la sencilla razón de no emular a determinada forma de hacer las cosas.

En esta ciudad hubo un tiempo en que todas las imágenes marianas (valga la generalización) tenían que parecerse a la Macarena o la Esperanza de Triana, olvidando los protagonistas de aquellos años que la diversidad es riqueza y que la copia por la copia reduce a la nada la singularidad. Luego llegaron los iluminados que renegaron del cliché referido para situar su objetivo en otros modelos... y así se difundieron hasta el absurdo frases como "Yo quiero que mi hermandad sea como el Valle o la Amargura", o "mi Virgen es la Macarena de Córdoba", idioteces que sitúan a quienes las pronunciaban en el nivel que realmente tienen y no el que aparentan. El problema es que en multitud de ocasiones, quienes predicaban semejantes majaderías alcanzaban la vara de mando (dorada o no) en las hermandades a las que pertenecían,,, o a las que les dejaban acercarse, y ante la escasa preparación de muchos de los que les rodeaban y la impunidad que de ello se derivaba, perpetraban una metamorfosis que provocaba que terminados sus mandatos, a las hermandades que los sufrían no las conociesen "ni la madre que las parió", como diría Alfonso Guerra. Si había que cambiar el paso de misterio, el color del palio o del manto o de la túnica con que siempre vistió el Señor… o el propio Titular si se terciaba, pues se cambiaba y listos, amparados en el poder absoluto y el despotismo indecente.

Una vez consumada la obra, estos personajes se marchaban a su casa a observar desde la distancia dejando tras de si un legado que debía ser gestionado por algún delfín que se limitase a enaltecer su gesta sin arrestos ni recursos económicos para deshacer la barbaridad recibida. Pasado el tiempo desaparecían los insulsos herederos y accedían al poder otros elegidos de los dioses que veían blanco donde otros vieron negro... y vuelta a empezar. Y muchas de nuestras cofradías dando bandazos sin criterio alguno más allá del capricho personal del iluminado de turno... y el concepto artístico de nuestras hermandades perdido para siempre en el sumidero de la vanidad de pseodofilosofos y cuentacuentos.

Hoy ocurre con mayor frecuencia si cabe. La incuestionable potencia de internet y fundamentalmente la evolución de las redes sociales ha motivado la aparición de "nuevos artistas neorrenacentistas" sin más logro que dos o tres marchas medianamente destacables, un par de libros subvencionados, tres diseños de corta y pega, muchos amigos adulando una producción mediocre y una excelente promoción que les hace parecer lo que no son, creadores. El problema es que las hermandades continúan sumidas en esa vulgaridad en que se hallaban inmersas hace veinte o treinta años, después de miles de euros tirados a la basura por la ignorancia y la incompetencia de dirigentes que creían y creen que "lo parecido a", "lo aconsejado por" o en su caso "lo caro" era lo adecuado, "lo bueno", sin mayor preparación o criterio que rodearse de estos charlatanes disfrazados de artistas, algunos entronizados con el título de priostes, que como buenos comerciales llevan años vendiendo subproductos a sujetos con vara dorada que comprarían un ventilador en el Polo Norte. Aprendices que no han empatado con nadie y creen gozar de un rango que ni tienen ni merecen.

Existe un palio que se pasea cada luna de Nisan, que en palabras de un autor de reconocido prestigio en todo el universo cofrade, esta "basado en las románticas piezas que yo hice". Un auténtico corta y pega que como tantas cosas en la vida es difícilmente demostrable, pero que de ser cierta, y eso sólo el autor y el presunto imitador lo saben, demostraría lo que les vengo diciendo, en esta mediocre actualidad en la habitan nuestras hermandades el que triunfa es el vendeburras con palmeros, o el mediocre plagiador con charlatanes asociados. Y por ahí se pasea bajo la noche un palio que pudo ser una obra de arte y quedó en una medianía impersonal.

Hoy, se ganan elecciones y la primera decisión del vencedor es designar al vestidor y al prioste para deshacer desde el primer segundo todo aquello que hicieron sus predecesores, empecinándose más en destruir que en construir, y desaprovechando lo que otros aportaron, por obra y gracia del egocentrismo, la prepotencia y en ocasiones el resentimiento.

Este es el camino de perdición en el que deambulan muchas de nuestras corporaciones. Un sendero de podredumbre que conduce hacia el ocaso y el abismo... que no le quepa duda a nadie...


Guillermo Rodríguez
@GuillermRodrigu












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