El comienzo de un nuevo año siempre es alentador en cuanto a nuevas promesas o proyectos, nuevas miras, ganas, ilusión. Comienza el 2016 para los cofrades, aunque no así el año
cofrade que empieza en septiembre y finaliza casi en julio o agosto,
según sean los proyectos en curso. Aún así, siempre hay gente que no
aparece en la Hermandad por unas razones u otras más que para las fechas
tempranas de febrero o la Cuaresma.
Ahora es cuando a todos nos entra esa ilusión, la de
aquellos que llevan desde mayo diciendo que no volverán, que ya no es lo
mismo, que están ya cansados de esto o lo otro, de este o del otro, que
también se cansa uno de las personas, que no de las instituciones o
hermandades, y cuesta la desaparición del fundamento principal de la
Hermandad, los hermanos.
Sea como fuere la situación de cada uno, ya tenemos miles
de fechas de igualás costaleras, miles de actos de Cuaresma a la espera,
a nuestra espera. Es ilusionante ver cómo la juventud cofrade inunda de vídeos, comentarios y fotos las redes sociales durante todo el año y aún más ilusionante ver cómo costaleros, capataces,
que precisamente no llevan en esto dos días, se preparan y anuncian su
ilusión diariamente, también durante todo el año.
La ilusión del cofrade no entiende de edades. Se puede
estar en la veintena de edad, y pensar ya que nuestro camino cofrade ha
finalizado. Pero también se puede pasar de los cincuenta, y ver esa
ilusión, tan pura, pura, que es la que da paso y pie a la ilusión de los
que aquí empiezan. Ese es el espejo donde los jóvenes deben mirarse.
La ilusión no entiende de edades, este 2016 además se
presta a ello, las hermandades, sus representantes en concreto, se
encuentran inmersos en un paso que marcará nuestra historia, el devenir
de muchas hermandades, cambios que, si se hacen con cabeza, pueden
darnos nuevos horizontes, nuevos marcos, nuevos efectos, una nueva
ilusión que esperemos sea ilusionante, que ilusione a todos, ya que es
la base para seguir en las malas.
Con paso firme e ilusión comenzamos este 2016, un abrazo a todos, y a seguir.
Fernando Blancas Muñoz