Que esta vida es una lucha diaria a nadie se le escapa, ¿verdad? Hay quien tiene que luchar diariamente en su lugar de trabajo o en la búsqueda de uno; hay quien día a día lucha contra una enfermedad; quien lucha por sacar a su familia adelante...
El día a día es complicado. Es agotador en muchas ocasiones, sin embargo no hay que dejarse vencer por el agotamiento o el desánimo.
Esto pasa también en las hermandades. Muchas se pasan más de dos décadas luchando. Realizando todo aquello que marcan las líneas de actuación de la misma e incluso más. Sin embargo, todo su esfuerzo, cada año llevado "a juicio", no se ve recompensado.
Muchos son los sueños, los anhelos en juego. Mucho el esfuerzo diario para mantener e incrementar la devoción en María Santísima y su Bendito Hijo.
Pero hay que seguir luchando. Pronto, a la luz de una candela bajo las estrellas de aquel paraíso terrenal, bajo su mirada, toda vuestra lucha se verá recompensada y la alegría será inmensa, porque sólo unos pocos sabrán las batallas y los golpes que habéis sufrido y de los que os habéis recuperado.
Ánimo hermanos, seguid con vuestro sueño, porque los sueños se cumplen andando el sendero.
Raquel Medina