Raquel Medina. Durante estos días la Ilustre y Fervorosa Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Córdoba ha celebrado Solemne Triduo en honor de su Titular. La Real Iglesia de San Pablo ha dejado por unos días de ser penitente y se ha convertido en romera. Ha cambiado el rezo del Rosario por alegres plegarias para la Reina Marismeña, y el negro ruán en señal de luto por la Expiración del Señor, por alegres colores propios del mes de María y un altar preñado de cymbidim, antirrino, rosa ramificada, kala, manzanas y margaritas.
En este magnífico reportaje de nuestro compañero Antonio Poyato podemos observar el Bendito y Glorioso Simpecado cordobés en el altar mayor, bajo el antiguo palio de la Blanca Paloma Capuchina. Sirven estos cultos como preparación para la vivencia plena de la romería que se celebrará el próximo mes de mayo y llegar a los pies de la Pastora Almonteña con la alegría de sentirse hijos suyos.
Recordatorio El gran día de las cofradías de San Lorenzo