Hemos insistido hasta la saciedad a lo largo de todo este tiempo en que semanalmente tenemos voz en Gente de Paz en el peso que nuestras Hermandades tienen en el mayo cordobés. Por mucho que les pese -que les pesa- a los que unidos nos j... desde el ayuntamiento. Casi un 80% de las cruces de mayo de la ciudad las instalan Hermandades. Ahora en la feria, gran parte de las tristemente escasas casetas tradicionales que aguantan el tipo en el arenal frente a disco-casetas y estercoleros como los que instalan colectivos como Juan XXIII o ASPA (a los que recomiendo encarecidamente no acercarse sin mascarilla) pertenecen a Cofradías cuyos hermanos se remangan por dar algo de dignidad a una fiesta en clara decadencia.
Las Hermandades están pues en estos días ante una de las grandes oportunidades de embolsarse una suma de dinero razonable para acometer proyectos importantes. De esos que tantas y tantas necesitan y muy pocas son capaces de acometer. ¿Por qué? La razón es bien sencilla. Porque muy pocas piensan en clave de largo plazo y asumen que sus proyectos tienen que acometerse en un periodo de cuatro u ocho años: exactamente lo que el hermano mayor de turno tenga pensado que dure su mandato, pero no más allá. La excusa es la de siempre: no voy a dejar empantanada a la Cofradía con un proyecto de gran envergadura sin acabar. La realidad, en cambio, es bien distinta: no voy a empezar algo que no acabe yo mismo para llevarme el reconocimiento. En definitiva, la restricción de mandatos en las Hermandades -pensada para evitar la presencia perpetua de determinados individuos en la poltrona- ha tenido como efecto colateral la casi total extinción de los proyectos de Hermandad en favor de los proyectos personalistas. Así nos ahorramos hablar con anteriores hermanos mayores y miembros de anteriores juntas para hacer algo de relieve por el bien de la corporación. Y así nos encontramos con Hermandades que empiezan un palio, luego le hacen una corona de gran mérito a su Virgen y al año siguiente deciden reformar su misterio... otras viven bordando su Hermandad entera a cachitos dejando en el olvido que su paso de Cristo lleva décadas pidiendo la jubilación. ¿Les suenan estos ejemplos? No me extraña, están basados en Cofradías reales.
Alguien debería recordarles a algunos dirigentes cofrades aquella cita del gran Séneca que decía: si no sabes hacia dónde se dirige tu barco, ningún viento te será favorable.
Marcos Fernán Caballero