Juan Pérez/Blas J. Muñoz. El pasado mes de julio de 2015, les informábamos de que la Hermandad del Cristo de Burgos había comunicado que, tras la finalización del plazo de presentación de candidaturas a hermano mayor, no se había presentado finalmente ninguna para formar una nueva Junta de Gobierno que habría de ser elegida el próximo mes de octubre.
Tras la conclusión de aquel plazo de presentación de candidaturas desde el 1 hasta el 30 de junio de 2015, nadie se decidía a presentar un proyecto de mandato para los próximos tres años en las corporación que, desde 2011 rige Salvador Varea. Éste había declinado la posibilidad de presentarse a la reelección en el cargo. Si bien, se veía obligado por tales circunstancias a solicitar una moratoria que, a la postre, dotara a la Hermandad de la estabilidad necesaria para que alguno de sus hermanos diera el paso de presentarse en el plazo de un año.
Cuando ese plazo comienza a extinguirse la cofradía continúa en condiciones similares a las del pasado verano, en cuanto a posibles candidatos se refiere. Hecho que llama la atención en una hermandad cuyas condiciones, en sus distintos apartados, no arrojan ningún atisbo de problemática, toda vez que económicamente se halla saneada.
En consecuencia, si ningún hermano se decide a dar el paso al frente, la situación apunta a que, tarde o temprano, desde Palacio se decidirá nombrar una Gestora que gobierne la hermandad hasta que cambien las circunstancias. Un hecho que no parece óptimo, pero que puede que sea inevitable.
Recordatorio La O como en el siglo XIX