Juan Pérez. Lo queramos o no, el mundo de los capataces se parece cada día más al de los entrenadores de los equipos de fútbol y los resultados no se miden por cuadrillas completas, sino por pasos que sacas y sensaciones más sutiles como que tengan un estilo que guste a la moda de cada momento.
No es que pase en todas las cofradías de Sevilla, pero en alguna comienza a pasar. Y tampoco es que pase en el Porvenir porque las circunstancias parecen haber sido muy concretas para la destitución de Antonio Santiago y la llegada de su antiguo discípulo Ernesto Sanguino. Pero cualquiera del "mundillo" tiene claro que Sanguino está ahora mismo en el centro de todas las miradas.
La procesión de la Virgen del Prado levantó aplausos por el estilo alegre y hubo quien aprovechó para criticar el "estilo Santiago". Era inevitable. Pero el gran momento que comenzará a dar la medida del nuevo capataz general de la cofradía de San Sebastián será en el mes de octubre. La Coronación de la Virgen de La Paz pondrá su trabajo en el centro de todas las miradas.
El examen no es sencillo y la ocasión es grandiosa, pero es verdad que la experiencia de Sanguino es grande junto a los Santiago. Habrá quien hable de vuelta a los orígenes de Manolo y quien vuelva a hablar de las "pérgolas", pero lo importante será lo que Sanguino aporte y el listón para medirlo está muy alto.