Guillermo Rodríguez. La Córdoba cofrade se halla inmersa en un proceso que promete centrar buena parte de sus energías en los próximos meses. El proyecto de traslado de Carrera Oficial al entorno de la Catedral y la posibilidad cierta de que se convierta en realidad, ha motivado que algunas de ellas deban plantearse ciertas modificaciones en su puesta en escena, como la composición de las cuadrillas que, como consecuencia del mayor itinerario que tendrán que desarrollar, deberán estar compuestas por más hombres y sus capataces gestionar sus relevos de otro modo.
Una de las cofradías que han precisado abordar cambios sustanciales por mor de su presencia en la Santa Iglesia Catedral es la Sagrada Cena. Tal y como adelantamos en Gente de Paz el pasado mes de noviembre, la corporación de Poniente, con Manuel Bonilla a la cabeza, incluyó entre los elementos derivados de su firme apuesta por estar presente en el mayor templo de la Diócesis, la realización de un nueva mesa para su misterio que redujese las dimensiones del paso, para permitir de ese modo acceder a la Catedral.
La nueva parihuela está siendo realizada por el carpintero Antonio Jesús Alcántara Alcántara, cuyos talleres se encuentran en la localidad cordobesa de Montemayor. Es autor, entre otros, de los trabajos de madera de la nueva carreta de la Hermandad del Rocío de Córdoba, la parihuela y el canasto del Prendimiento, la carpintería y parihuela del Buen Suceso, la parihuela de la Estrella, todos ellos en Córdoba y otros trabajos fuera de nuestras fronteras como la carpintería de la Flagelación de Almería. La mesa estará terminada en el mes de diciembre para que el equipo de capataces que dirige Carlos Lara tenga tiempo suficiente para realizar las pruebas que considere necesarias para que el próximo Jueves Santo, la llegada de Nuestro Padre Jesús de la Fe se realice con el mayor esplendor y con todas las garantías.
La mesa estará realizada en madera de pino flandes de 1ª, en toda su estructura y según medidas acordadas para entrar en la Iglesia Catedral de Córdoba, tendrá bastidores armados con doble espiga en costeros, frente y trasera y nuevas trabajaderas que serán diez, una más de las actuales, y además dispondrá de cogidas nuevas para los respiraderos, sobretrabajaderas y trabajaderas laminadas y regulables en altura con cuatro zancos fijos abatibles y dos para guardar.
Una parihuela que materializa el compromiso ineludible de la corporación de Poniente con su esencia sacramental, que implica su presencia en el templo catedralicio con o sin Carrera Oficial, y con la consecución de un proyecto que ilusiona a buena parte de los cofrades cordobeses y cuya concreción se encuentra en las manos de los hermanos mayores de las hermandades de la ciudad de San Rafael.
Foto Alvaro Córdoba Hinojo