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domingo, 25 de diciembre de 2016

El pasado común entre Ánimas y la Virgen de los Remedios


Esther Mª Ojeda. A escasos días de que finalice este año de 2016, no serán pocos los que ya anden frotándose las manos para enfrentarse a un nuevo año que vendrá seguro cargado de novedades en el ámbito cofrade y que, como es evidente, tendrá como protagonista indiscutible a la Carrera Oficial, constituida ahora en torno a la Catedral que ha suscitado a lo largo del tiempo tanta polémica como interés.

Sin embargo, la Córdoba cofrade se llevaba otra gran sorpresa ante una noticia que rompe un hábito reducido a los señaladísimos martes y 13. Como cabe suponer, estamos hablando de la querida y siempre esperada Virgen de los Remedios, más esperada aún si cabe desde que hace algunos meses la Hermandad del Calvario anunciase su intención de traer la imagen a las calles de la ciudad – incentivada al parecer por el párroco de San Lorenzo, Rafael Rabasco – en una procesión que, una vez más, tendrá como objetivo la Catedral. 

Lejos de convertir este hecho en un acontecimiento anual, la idea comenzaba reduciéndose a una salida pensada para llevarse a cabo cada cinco años aproximadamente. Los planes se afianzaban poniendo las miras en un destacado 13 de mayo, coincidiendo con la festividad de la Virgen de Fátima. Dicha decisión no sería de extrañar, pues hay quien afirma que la tradición de descender a la Santísima Virgen en los martes y 13 encuentra su explicación en la fecha de la aparición de la Virgen de Fátima, siendo esta el propio 13 de mayo. Eso sin tener en cuenta que en otros días 13 se han producido también otras famosas apariciones.

A pesar de lo curioso de esta noticia, que conseguía llamar la atención de un gran número de personas deseosas de presenciar una jornada llamada a ser histórica, había quien también se extrañaba ante la certeza de que hasta la fecha, había sido la Hermandad del Remedio de Ánimas la que se había responsabilizado de tan entrañable imagen. 

Lo cierto es que, tal y como se puede comprobar en la propia página oficial de la corporación del Lunes Santo, la cofradía de Ánimas comenzó su actividad en el año 1545, tras la aceptación de sus reglas las dos hermandades de ánimas extraparroquiales, correspondientes a los hospitales de San Martín y San Sebastián, siendo este último la antigua sede en la que se rendía culto a la imagen del Santísimo Cristo, entonces denominado de los Remedios, desde finales del siglo XVI, realizado por tanto con anterioridad a la fundación de la hermandad.

No obstante, una vez que la imagen del imponente crucificado fue trasladada a la emblemática Parroquia de San Lorenzo, la corporación hubo de enfrentarse a un período de crisis que culminó en el siglo XIX con las pertinentes desamortizaciones. Sin duda esto supuso un revés decisivo que aunque no supuso el punto final de la devoción al Santísimo Cristo, sí acabó con la unión que hasta entonces había existido no solo con la sacramental de San Lorenzo, sino también con la de Nuestra Señora de los Remedios. Un testimonio que parece cobrar fuerza con la fotografía con la que Ánimas hace alusión a ese pasado – que asimismo encabeza el presente artículo – y en la que se puede apreciar una inusual estampa en la que la Virgen de los Remedios aparece luciendo un rostrillo – de similares características al que nos tiene acostumbrados Nuestra Señora Madre de Dios en sus Tristezas – sobre un altar dispuesto bajo los inconfundibles arcos de San Lorenzo.

Fotografía Hermandad de Ánimas




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