La marcha Rocío fue compuesta por el maestro Vidriet en 1928 y dedicada a la Virgen del Rocío de Almonte, es una de las marchas procesionales conocida como de las clásicas. Se interpreta infinidad de veces en muchas de las procesiones de Andalucía y España, sin importar que sean de penitencia, gloria o romería. A pesar de la incuestionable fama de la marcha, no todo el mundo conoce que no se trata de una composición original.
Manuel Ruiz Vídriet, conocido en el ámbito musical como Manuel Vídriet, nació en La Luisiana (Sevilla) el 12 de febrero de 1890, en el seno de una humilde familia de campesinos. Al decidir estudiar música y en su pueblo no tener esa opción, la familia no dudó en trasladarse a Sevilla y allí realizó los estudios musicales correspondientes. En este sentido, Manuel estudió Composición y Director de Música. Vidriet era considerado como un excelente arreglista. Considerado como uno de los más grandes y prestigiosos compositores de principios del siglo XX, la obra compuesta por Vidriet no está exenta de polémicas.
Manuel Ruiz, fue director de la banda Municipal de Huelva. Dicha vinculación con tierras onubenses le valió para dedicar esta marcha a la patrona de Almonte en colaboración con Manuel Pérez Tejera, como bien reflejan algunas partituras y programas de mano. La autoría es de Vidriet, la colaboración de Tejera se trata más bien de un arreglo que le hizo a la ya famosa composición musical. Se trata de una obra de concepción religiosa, y no fue compuesta para su interpretación en la Semana Santa, sino dedicada a la Blanca Paloma de Almonte.
La composición no es precisamente un ejercicio de originalidad, pues se basa en la canción mexicana 'La Peregrina' y el solo de flauta es una transcripción literal del que escribiera Joaquín Turina en su poema sinfónico 'La Procesión del Rocío'.
Si analizamos estas premisas, hay quienes no dudan en afirmar que la marcha 'Rocío' está catalogada por muchos como el gran plagio de la historia de la música procesional, teniendo en cuenta que la melodía central se basa en parte de la canción mexicana de Ricardo Palmerín, así como el solo y trío final son extraídos de parte del fragmento sinfónico de Turina. ¿Es plagio o no? He ahí la cuestión, teniendo en cuenta que en el rico patrimonio musical con el que cuenta la Semana Santa de Andalucía, existen también un sinfín de marchas procesionales cuyas partituras incluyen notas musicales de la Salve Marinera, el Ave María o el Salve Regina, con la salvedad de que en el caso de Vidriet no se trata solo de un tema central, si no de la composición al completo y del solo y final de la marcha procesional.
Los músicos y compositores de música cofrade más conservadores apuntan a que en pleno siglo XXI está proliferando una corriente de compositores empeñados en encontrar parecidos a las nuevas marchas procesionales que van surgiendo. Apuntan a la dificultad actual que existe en componer una marcha, debido a que las composiciones de corte “alegres” se hacen en modo “Do Mayor”, ante las cuales es difícil no encontrar algún parecido con fragmentos de otras ya existentes. Lo que sí está claro es el éxito de la marcha, la cual es inconfundible y conocida por el público solamente al escuchar sus primeros sones, de hecho varios han sido los compositores que en los últimos años han optado por incluir una estructura un tanto parecida a la usada por Vidriet en la marcha “Rocío” con la introducción del flautín rociero en la parte central o al final de la marcha, como es el caso de las marchas, Reina de Triana, Aires de Triana o Rocío de Santiago entre otras.
La respuesta al porqué de esta falta de originalidad de la obra de Vidriet quizás se deba a que el autor no hizo más que continuar con la tendencia de los años 20 cuando surgían los primeros poemas sinfónicos en forma de marchas fúnebres, dos aspectos diametralmente opuestos hasta el momento y que con el paso de los años fueron regalando al patrimonio musical cofrade grandes obras para el acompañamiento de las procesiones de nuestra Semana Santa. La marcha 'Rocío', composición “collage”, pero quizás la que mejor ha sabido plasmar el sentimiento y lo que engloba la imagen a la que está dedicada la obra. Teniendo en cuenta el desarrollo y todo lo que engloban las notas musicales de la marcha, quizás lo más difícil sea tener que aceptar que una de las composiciones que hoy por hoy goza de mayor popularidad, no puede ser calificada como original.
El primero de los documentos videográficos corresponde a la canción mexicana “La Peregrina”, escrita en 1922 por Ricardo Palmerín y Luis Rosado, ambos nativos de México.
A continuación el famoso solo de flautín, copia idéntica de un fragmento del poema sinfónico “La procesión del Rocío" de Joaquín Turina. Pueden comprobarlo en esta versión a piano. Son solo 20 segundos, los que transcurren entre el minuto 3’52” y 4’12″ y que se repite en el 6,30 y 6,50.
El resultado final, la marcha “Rocío”, efecto de la conjunción de la melodía de la canción mexicana “La Peregrina” y el solo de flauta es una transcripción literal del que escribiera Joaquín Turina en su poema sinfónico “La Procesión del Rocío”.
Resulta llamativo que muchos puristas ataquen a los compositores contemporáneos de música procesional de forma en ocasiones despiadada y sin embargo se olviden sistemáticamente de casos como el mencionado en este artículo.
Resulta llamativo que muchos puristas ataquen a los compositores contemporáneos de música procesional de forma en ocasiones despiadada y sin embargo se olviden sistemáticamente de casos como el mencionado en este artículo.