A comienzos del siglo XVI, cuando los cristianos "nuevos" cordobeses intentaban integrarse con los cristianos "viejos" y la Santa Inquisición de la mano de Diego Rodriguez Lucero hizo el más sanguinario auto de fe que se había hecho en toda España, matando a más de 200 personas, provocando una gran revuelta en la ciudad llegando los cordobeses a asaltar la prisión del Santo Oficio... Córdoba vivía ya no la búsqueda de la fe sino la apariencia de la, supuesta fe, encontrada.
Todavía era a mediados del siglo XVI cuando Córdoba seguía siendo una de las ciudades más importantes del Reino de Castilla y Felipe II ordenaba la celebración de las cortes del Reino de España en esta ciudad y desde aquí dirigía a sus tropas contra la rebelión de las Alpujarras.
Con todos estos antecedentes del pasado es cuando aparece la Leyenda del Arcángel de San Rafael y de como salvó a la ciudad de una muerte segura.
La ciudad fue asolada por la peste muriendo cientos de personas... Dicen que eran tantos los cadáveres que no les daba tiempo a enterrarlos.
La ciudad ya no sabía que hacer... Cerraban iglesias de culto para que la gente no se contagiara los unos con los otros, prohibían reuniones de grupos grandes, sacaron procesiones para intentar parar aquella epidemia... pero poco se conseguía.
En aquellos momentos de angustia, San Rafael, el Arcángel, se le apareció al padre Roelas, un cura de barrio discreto donde los había, en cuatro ocasiones revelándole que él salvaría a la ciudad de la epidemia
"Ya te juro por Jesucristo crucificado que soy Rafael (Nombre que significa Medicina de Dios), ángel a quien Dios tiene puesto por guarda de esta ciudad y la salvaré de la peste".
Al poco dejó de morir gente a causa de la epidemia...
Y así nació el culto a San Rafael, nombrado Custodio Eterno de la ciudad, que para muchos cordobeses es el arcángel que vela por el destino de nuestra tierra.
La fiesta se celebra el 24 de octubre. Aunque a finales del siglo XX la festividad de los Arcángeles San Gabriel, San Miguel y San Rafael fueron reunidos por la iglesia en un mismo día, el 29 de septiembre, a Córdoba se le concedió el privilegio de mantener la festividad según la tradición, en atención a la gran devoción que la ciudad le dedica.
Son muchos los triunfos que se han erigido en honor a San Rafael y que Córdoba luce en muchas calles y plazas y muchos los que creen que es el patrón de Córdoba pero no lo es, los patrones de nuestra bella ciudad son San Acisclo y Santa Victoria.