"De poco servirían, queridos cofrades, vuestros cultos esplendorosos y la belleza de vuestras procesiones, si en vuestra vida asociativa la primera preocupación no es vuestra santificación, el amor a Jesucristo y a su santa Iglesia, la comunión fraterna, la unidad en el seno de la hermandad y la comunión con los pobres. Estaríamos ante un enorme tinglado de cartón piedra, detrás del cual sólo existe el vacío". El arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo, ha dedicado su última carta pastoral a las hermandades, a las que reclama que profundicen en la formación, en la integración en la Iglesia, el apostolado y la caridad. El prelado hace estas reflexiones la semana en la que la Hermandad de la Macarena celebra sus elecciones, unos comicios que se están desarrollando con polémica.
El arzobispo sevillano manifiesta en la carta su aprecio y afecto a las hermandades y reconoce que brindan "un ingente potencial religioso y evangelizador, pues son, para muchos de sus miembros, lo mismo que la Iglesia, sacramento de Jesucristo, es decir, camino, medio e instrumento para el encuentro con Dios". Asenjo subraya la "esencial dimensión religiosa" de las hermandades y les solicita que cuiden con mimo la comunión con la Archidiócesis y la parroquia: "Les pido que mantengan con claridad y sin equívocos su clara identidad religiosa y que no consientan que la dimensión social o cultural, de suyo relativa y secundaria, prevalezca sobre lo que debe constituir el corazón de estas instituciones, que son, ante todo, asociaciones públicas de fieles con una finalidad muy clara, el culto, la santificación de sus miembros, el apostolado y el ejercicio de las obras de caridad".
Por último, monseñor Asenjo apela a luchar contra la secularización interna que amenaza a las hermandades e insiste en la importancia de la formación y en el conocimiento del evangelio y Jesucristo para contribuir a la nueva evangelización en la que los laicos deben jugar un importante papel: "En las manos de los responsables de las hermandades y cofradías de la Archidiócesis y, muy especialmente de los hermanos mayores, directores espirituales y diputados de formación está aprovechar los muchos subsidios con que hoy contamos, especialmente el Itinerario de Formación Cristiana para Adultos, que ha publicado la Conferencia Episcopal Española. A ellos les incumbe organizar encuentros periódicos, charlas, conferencias o círculos de estudio para profundizar en los misterios de nuestra fe".