El pasado día 1 de Noviembre, día de la festividad de Todos los Santos, pudimos asistir todo el público cofrade y los hermanos de la Hermandad de la Esperanza, a un Cabildo Extraordinario de Elección de Hermano Mayor, que cuanto menos, ha sido, y van a ser recordado, por ser el más reñido de la historia de la Cofradía, y por la participación de un importante número de personas que en la Calle Escañuela se congregaron. Es hoy, en dicha calle, donde doy mi chicota semanal...
No creo que haya que recordarle a nadie los proyectos y promesas electorales de cada uno de los candidatos, ni por parte de quien ha salido vencedor, José Merina también conocido cariñosamente por “el Taruguín”, ni de su hermano en Cristo, Javier Baena, que perdió por un solo voto... lo que me trae nefastos recuerdos de elecciones muy parejas, que suelen derivar en hermanos que no van a estar a favor de su mayor representante, bien por no compartir ideas, bien por no sentirse representados.
Pasadas las tres de la tarde, todo parecía terminar con un recuento de los votos, que no sirvió más que para comprobar la igualdad manifiesta y anunciar una segunda vuelta; Merina obtuvo 136 votos a su favor, por 134 de Baena. No hubo mayoría absoluta, luego vuelta a empezar..., para una segunda votación para buscar la mayoría simple.
Mientras se desarrollaba la segunda vuelta, los nervios de Baena, según cuentan, fueron atemperados por la tranquilidad del buen trabajo realizado, a pesar de que me consta por el testimonio de muchas personas, que a priori no pensaba que tanta gente de la Hermandad, fuera a darle su apoyo. Por contra, en el otro bando, también cuentan que cayeron en el mayor de los derrotismos, ya que para la segunda ronda muchos de sus votantes habían abandonado la Casa Hermandad, por lo que vieron irse la posibilidad de ganar.
Pero no fue así. Tras contabilizar los votos, los 103 votos de Merina, le dieron el nombramiento de Hermano Mayor, contra los 102 de Baena, y de un voto nulo, que curiosamente, llevaba el nombre de este último, lo cual, hubiera dejado todo en empate.
Lógicamente mi artículo, no tiene como objetivo informar del resultado de dichas elecciones, sino comentar algunas cosas que he percibido durante todo el tiempo de campaña, y mi pálpito sobre los tiempos venideros en mi querida Hermandad de la Esperanza.
Nadie de quienes me conocen, se sorprenderán de mi cariño a dicha Corporación; son muchos los años que me he emocionado con sus Titulares en Domingos de Ramos para el recuerdo... alimentado por el afecto y y la amistad que me une con un sin fin de hermanos de la misma, y como no, por el sentimiento de Hermandad Hermana a la mía, la de la Paz y Esperanza de Capuchinos, expresión que a alguno, hasta ampollas le levanta escucharlo.
La tarde del sábado, acompañando a la Virgen del Amparo de San Francisco desde la Ermita de Ntra. Sra. del Socorro hasta la entrada de esta procesión de Gloria, que derrocha cada día más gusto, tanto en su puesta en escena como por la elección de las marchas a interpretar, comprobé con sorpresa, que todo el mundo, quería decir algo de las elecciones, fuera, o no de la Hermandad, como era mi caso.
Pude encontrarme con muchos miembros de Junta "salientes", y también "entrantes", partidarios de Merina, y como no, de Baena. Vi en el rostro de los "elegidos" aún tensión, mezclado con alivio... y en los partidarios del cambio una gran decepción. Es más, algunos ni del recuento de votos, ni de la Hermandad me hablaban, sino, del dolor inmenso que debería sentir Baena "por perder de esa manera". Cuentan que tuvo muy buen perder y abandonó visiblemente emocionado la Casa Hermandad.
La Junta de Gobierno de Merina, que nadie se engañe, ni lo hagamos nosotros mismos, es continuadora de la anterior, aunque al preguntar a los protagonistas, espeten que no, que han visto que los hermanos tienen otras inquietudes, y quieren dar otro rumbo a la Hermandad, cosa que ellos parecen ahora tener claro y estar dispuestos a realizar. Es comprensible este discurso, no está la cosa para bromas, con la Hermandad, o al menos, los hermanos activos de la misma, visiblemente divididos.
Y yo me pregunto, ¿por qué, en muchos medios de comunicación y en las redes sociales, se ha tachado de inexperta a la Junta que llevaba Baena? Yo no veo mucha inexperiencia en los miembros que formaban su grupo, miren por ejemplo, a Antonio Morales que iba de Secretario.
¿Por qué, no se le facilita el censo de hermanos a un candidato, y sí al otro? Cuentan y dicen, que la carta electoral de Merina, iba con con los datos de los hermanos, en etiquetas que facilita la Hermandad, ya que tenían los datos de hermanos con dos o tres años de antigüedad..
Haciendo memoria, hace años se vio algo similar en otras elecciones. En aquella ocasión, muchas personas no pudieron votar, por no estar al frente de los pagos, o por no tener la antigüedad necesaria. Me alegra que con tanta asistencia de hermanos, todo fuera correcto... ¿O a alguien, le han metido un gol con el listado, y no se ha revisado correctamente?.
Desde fuera de la Hermandad, se ha observado una dura competencia por parte de dos personas que por primera vez se presentaban a lo más soñado por algunos hermanos. Y es triste, que estén surgiendo dudas a pie de calle y que en los últimos años, se hayan sufrido elecciones en las que hayan aflorado demasiados asuntos que sería deseable no ver aflorar.
Pero en fin, las cosas son como son y no como nos gustaría que fueran. Solamente queda dar mi más sincera enhorabuena a D. José Merina, porque va a comandar lo para mí es una de las grandes Hermandades de nuestra querida Andalucía, de las que gozan de mayor esplendor y cercanía con la gente del pueblo.
También, quiero dar mi apoyo moral y como no, mi ánimo total a una persona que ha querido y ha tenido el valor de intentar aportar a su Hermandad sus ideas y toda su experiencia, aún a sabiendas del tiempo que le quitaría al recién llegado y nuevo hermano de la Esperanza, su hijo.
Una vez votado, contado y recontado, todo queda en manos de que se acepte por las autoridades eclesiales el resultado electoral, y se haga oficial el nombramiento por parte del Obispado. ¿O tendremos otra sorpresa de última hora? Quién sabe si aún queda alguna página más por escribir...
Fernando Blancas Muñoz