La Esperanza Macarena ha bajado desde su camarín en este Año Jubilar para recibir el beso de los sevillanos. Cinco días va a permanecer en el presbiterio de la basílica. Desde la pasada noche, muchos han sido los que se han acercado a venerar a la Virgen de la Esperanza, que ha aparecido con un imponente montaje instalado por el equipo de priostia comandados por Fernando Marmolejo y Jerónimo Núñez, que han sorprendido nuevamente al igual que hicieran con la Virgen en el inicio del mes de diciembre.
Largas colas se forman ya ante un altar convertido en palacio al que no le falta un detalle. En esta ocasión, sin las escaleras que van desde el suelo hasta el camarín con el sillón cubierto de una gran humareda de incienso que sale del pebetero de Pilatos, que está situado en el camarín de la Virgen. A todo ello, le acompaña un gran cortinaje y guirnaldas de flores que adornan el retablo, con la peana y los candelabros de la Virgen del Rosario. Otro de los detalles, en este año en que cumple la Virgen el cincuentenario de la Coronación es que luce el manto que le bordara Esperanza Elena Caro, en 1964, para esta efeméride.
Desde hoy y hasta el próximo miércoles 18 de diciembre, de nueve de la mañana hasta el término del Triduo a celebrar a las ocho y media de la tarde.
