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miércoles, 19 de febrero de 2014

El Besapiés de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras en la mirada de Miguel Ángel Badía Álvarez


Magnífico reportaje de nuestro colaborador Miguel Ángel Badía Álvarez (Cámara Cofrade) del Devoto Besapiés celebrado en honor de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras, Imagen Titular de la Humilde y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras, María Santísima de los Dolores y Misericordia, Mayor Dolor de Nuestra Señora, San Juan Evangelista y San Bartolomé Apóstol de Sevilla, popularmente conocida como Hermandad de Jesús Despojado.


La imagen de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras representa iconográficamente el momento previo a la Crucifixión en que Jesús es Despojado de sus Vestiduras, que posteriormente serían sorteadas entre los soldados (Mt 27, 35; Mc 15, 24; Lc 23, 34; Jn 19, 23-24). Los evangelistas sólo relatan el reparto de su túnica inconsútil sin detallar el momento del Despojo siendo el evangelista San Juan el más explícito. Los Evangelios Apócrifos, concretamente en el Evangelio de Nicodemo en su primera parte llamada Actas de Pilatos se hace referencia a este hecho: "Salió, pues, Jesús del pretorio acompañado de los dos malhechores. Y, en llegando al lugar convenido, le despojaron de sus vestiduras, le ciñeron un lienzo y le pusieron alrededor de las sienes una corona de espinas" (X-1). En el Antiguo Testamento también podemos hallar una prefiguración, concretamente en el Salmo 22: "Se reparten mi ropa y se sortean mi túnica" (Sal 22, 19).


La imagen fue tallada por Antonio Perea Sánchez en 1939 en un taller que se le habilitó al efecto en la cárcel provincial en la que cumplía condena por una acusación de ayudar a los obreros que resistieron en las barricadas del barrio a la ocupación por las tropas franquistas de la ciudad. En el boceto en pasta de madera del Cristo se aprecia una gran influencia del tema del Greco.


La talla del Señor fue primitivamente de candelero, tallando el escultor la cabeza, parte del tronco hasta la altura del pecho, brazos (el derecho era articulado a la altura del codo y del hombro y el izquierdo sólo en el codo), manos, piernas hasta poco más por encima de las rodillas y pies. Perea donó la imagen del Cristo a la Hermandad de la cual era hermano siendo bendecida el 2 de abril de 1939, Domingo de Ramos, por el entonces párroco de San Marcos don Ismael Delgado por delegación del Vicario del arzobispado, tal como reseñó la prensa del momento.


Actualmente es una talla de madera policromada que mide 1,78 metros. Jesús aparece de pie con la cabeza ligeramente inclinada hacia la derecha y la mirada dirigida a lo alto. Los brazos aparecen caídos y ligeramente separados del cuerpo, dando la sensación de entrega total a sus verdugos y de mansedumbre aceptando el suplicio y de súplica al Padre al mismo tiempo. En la cabeza lleva potencias sin corona de espinas aunque algún año ha salido con ella. 


La imagen lleva 13 señales de heridas en la espalda debidas a los azotes, también lleva heridas en el hombro izquierdo como huella de haber portado la Cruz, en los codos y una magulladura en la mejilla izquierda. El rostro, que demuestra gran mansedumbre y serenidad, lleva bigote, barba bífida y corta y cabellos largos tallados que caen sobre el hombro derecho. La imagen deja ver su pabellón auditivo izquierdo por el desplazamiento hacia atrás de los cabellos. 


De su boca, entreabierta, que deja ver la dentadura superior, sale un hilillo de sangre por la zona derecha así como hilos de sangre le bajan de la frente producidos por las heridas de la corona de espinas. Su nariz es recta y el entrecejo fruncido llevando los ojos, las cejas y las pestañas pintadas. La figura aparece descalza. 


La imagen ha sufrido importantes modificaciones siendo la más completa la del año 1974 en el cual el imaginero Antonio Eslava Rubio modifica la imagen realizando un nuevo cuerpo para el Cristo (antes era de candelero) y lo policroma de nuevo de manera que en la actualidad de la talla original de Perea sólo conserva la cabeza y parte del torso.


En el año 1927 se da culto, por un grupo de devotos entre los que se encontraba el coadjutor de la parroquia de San Julián a unas imágenes que existían en la Iglesia de San Marcos: una imagen del Señor, de pie y con los brazos extendidos, cuya autoría estaba atribuida a Hita y Castillo; y una Dolorosa, anónima, bajo la advocación de los Dolores.

Se inician los trámites para la aprobación de unas Reglas para la nueva Hermandad, pero por entonces las imágenes quedaron totalmente destruidas en el incendio a que fue sometida la iglesia de San Marcos en los graves sucesos del año 1936. Pese a ello, el empeño de estos cofrades no decaería, pues en el año siguiente obtuvieron la aprobación de los estatutos y tomaron sede en la Capilla de los Servitas.

Muy pronto se hizo el encargo de las nuevas imágenes titulares al escultor Antonio Perea Sánchez, quien hizo entrega de la Dolorosa en ese mismo año, y de la imagen del Cristo dos años más tarde, en 1939.


La Cofradía sale por primera vez a la calle haciendo estación de penitencia en 1941, en la tarde del Domingo de Ramos; con un solo paso, el de Misterio, que representa el momento en que Jesús es despojado de sus vestiduras. Al año siguiente vuelve a salir, pero ahora en la tarde del Lunes Santo, de la Iglesia de los Terceros, perteneciente al antiguo convento de los Terceros Franciscanos; y por algunos desórdenes ocurridos, fue decretado el cese de la Junta de Gobierno y nombrada una junta rectora que no llegó a intervenir. Tras esto la Cofradía caería en un cierto letargo y la capilla de los Servitas quedó cerrada al culto.

Pasarían unos cuantos años hasta que un cofrade de aquella primera etapa, Antonio Fernández, lograría rescatar las imágenes de la Cofradía en 1958, obteniendo del párroco de la iglesia de San Julián permiso para tomar sede en dicha parroquia.


En 1961 se encargó al escultor Antonio Eslava la creación de una nueva Dolorosa, y en el año 1971 pasó la Hermandad a la Iglesia de San Bartolomé, donde le fueron donadas las Reglas y se le fijó un tiempo de cinco años hasta hacer su nueva salida procesional.

Así, en el año 1975, ya reorganizada la corporación, realizó esta Hermandad su primera nueva estación de penitencia en la tarde del Sábado Santo, aunque no pudo completarla debido a problemas por la lluvia.

A partir de 1978 la salida procesional la efectúa ya con dos pasos, al incluir un paso de palio para la Virgen; realizándola desde entonces en la tarde del Domingo de Ramos.


La Hermandad de Jesús Despojado procesiona con dos pasos que presiden sus imágenes titulares: Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras en el paso de Misterio, y María Santísima de los Dolores y Misericordia en un paso de palio, acompañada por San Juan.

En el paso de Misterio la imagen de Jesús Despojado va acompañada de otras seis figuras más tomadas de diferente procedencia y cronología y talladas por distintos escultores. En principio eran solo los tres sayones que se encargan: uno de desnudar a Cristo, otro de ofrecerle una copa con vino y mirra y otro de cavar el agujero donde se introducirá posteriormente la cruz; todos ellos fueron realizados por José Sanjuán Navarro en el año 1940.

Años más tarde, en 1975, cuando se reanuda su estación de penitencia, la Hermandad incluye en el paso otras tres nuevas figuras: un centurión romano retallado por Álvarez Duarte, un soldado obra de Emilio Pizarro y adquirido a la Hermandad de La Lanzada, y un esclavo etíope realizado por Castillo Lastrucci en 1942.













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