Excelente reportaje de Miguel Ángel Badía Álvarez (Cámara Cofrade) del Devoto besapiés celebrado en honor del Santísimo Cristo de las Siete Palabras de Sevilla es una escultura procesional, titular de la Real e Ilustre Hermandad Sacramental de Nuestra Señora del Rosario, Ánimas Benditas del Purgatorio y Primitiva Archicofradía del Sagrado Corazón y Clavos de Jesús, Nuestro Padre Jesus de la Divina Misericordia, Santísimo Cristo de las Siete Palabras, María Santísima de los Remedios, Nuestra Señora de la Cabeza y San Juan Evangelista de Sevilla, conocida popularmente como Hermandad de Las Siete Palabras.
Este Crucificado procedía de la extinguida iglesia del convento de San Francisco de Paula de Sevilla y, a tavés de un decreto del Arzobispado de la ciudad, pasó a ser titular de la actual Hermandad de las Siete Palabras. Dicha Hermandad, que previamente lo había solicitado, lo acogió en su sede de San Vicente Mártir el día 31 de octubre del año 1881.
Su autoría no está documentada, por lo que existen distintas teorías sobre quién pudo ser su autor. Así, Hernández Díaz sitúa esta talla en el círculo artístico de Jerónimo Hernández, llegando a fecharlo entre los años de 1582 y 1585. Sin embargo, Palomero Páramo cree que esa atribución no es correcta, y la encuadra en el entorno y taller de Pedro Roldán.
Se trata de la imagen de un Crucificado vivo, realizado en madera tallada y policromada, de 1,63 metros de altura.
Representa a Cristo crucificado, fijado a un madero arbóreo con tres clavos, rememorando el pasaje evangélico en el que pronuncia sus últimas palabras.
Con un acertado dibujo de su anatomía y un cuidado acabado en el color, muestra un sudario sujeto a la cintura con una cuerda, rehecho en 1881 por el escultor Emilio Pizarro.
La imagen del Santísimo Cristo de las Siete Palabras fue restaurada por el citado Emilio Pizarro en 1881, quien además de rehacerle el sudario lo fijó a una nueva cruz de tipo arbórea.
Posteriormente, en 1992, fue restaurado de nuevo por Enrique Gutiérrez Carrasquilla y Pedro Manzano.
Tiene su sede en la iglesia de San Vicente, de Sevilla, situada en la calle de su mismo nombre, donde se venera y recibe culto.
Realiza su salida procesional en la estación de penitencia de la Hermandad, desde su sede hasta la Santa Iglesia Catedral, en la noche del Miércoles Santo de la Semana Santa sevillana; procesiona junto con los pasos de Nuestro Padre Jesús de la Divina Misericordia y de Nuestra Señora de la Cabeza, ambos cotitulares de la misma Hermandad.
En el paso de Misterio del Santísimo Cristo de las Siete Palabras figuran además la Virgen de los Remedios, obra de 1865 de Manuel Gutiérrez Reyes-Cano, San Juan evangelista, tallado por José Sanchez en 1859, y las tres Marías.
La actual Archicofradía Sacramental de las Siete Palabras de Sevilla es el resultado de la fusión de distintas hermandades; una fusión que se lleva a cabo durante varios siglos y que ayuda a conocer y valorar la riqueza espiritual, histórica y patrimonial alcanza la corporación con todos sus titulares y devociones. Las hermandades fusionadas son: la "Hermandad Sacramental de San Vicente", la "Hermandad de Nuestra Señora de la Cabeza", la "Hermandad de las Ánimas Benditas", la "Cofradía de los Sagrados Clavos, Virgen de los Remedios y San Juan Evangelista", y la "Hermandad del Rosario".
El origen de la hermandad actual se remonta a la fundación de la primera de ellas, la Hermandad Sacramental de San Vicente, fundada por doña Teresa Enríquez en el año 1511.
La Hermandad de Nuestra Señora de la Cabeza se fundó en 1561 en el extinguido Convento Casa Grande del Carmen, creada como propagadora en esta ciudad de la devoción a la Virgen del Santuario de Sierra Morena. Posteriormente ésta se anexionaría con la de San Juan Evangelista y con la de los Sagrados Clavos de Nuestro Señor Jesucristo. Y en 1798, se reaviva gracias al empeño de un grupo de asiduos a los cultos del convento del Carmen, que daría forma a la actual, y en la cual ya figuran los títulos de las Siete Palabras y de Nuestra Señora de los Remedios.
El citado convento fue cerrado en 1810 primero, y más tarde en 1835; por lo que la Hermandad pasó a residir a la vecina parroquia de San Vicente; un traslado que afectaría a su buen desarrollo, cayendo en un notable declive hasta 1858, año en el que se reorganiza finalmente, realizando su estación de penitencia por vez primera en 1864.
Tres años más tarde, y por rendir culto al Sagrado Corazón de Jesús, la Hermandad es agregada al Apostolado de la Oración, una advocación que llegó a tener un paso alegórico en 1878, pero que no obstante no llegó a procesionar por las calles de Sevilla.
En 1868 se cierra definitivamente el convento del Carmen, pasando de nuevo la Hermandad a la parroquia de San Vicente, una sede que ya no dejaría sino en contadas ocasiones. Allí se instaló en la capilla de la Virgen de los Remedios, que les es cedida en 1881, año en el que el arzobispo de Sevilla les dona una imagen de Crucificado procedente del convento de San Francisco de Paula.
En 1958 la Hermandad nombra Hermano Mayor Honorario al Director General de la Guardia Civil y al Tercio 38 de ese Cuerpo, y en 1973 al rey de España, por entonces príncipe don Juan Carlos de Borbón.
Además, en 1965 la corporación es nombrada Hermana Mayor Honoraria de la Cofradía del Santo Entierro de la ciudad de Valladolid. Y al año siguiente se fusiona con la Sacramental de San Vicente, incorporando con ello su muy notable patrimonio que incluye una imagen de Nazareno de Felipe de Ribas que procesiona por primera vez en 1977 en la Semana Santa sevillana.
Desde noviembre de 1994 a octubre de 2001 estuvo cerrada la iglesia de San Vicente por obras.
En el año 2012 fueron robadas junto a otros enseres, del almacén donde se guardaban, las bambalinas de plata realizadas por Manuel Villarreal Fernández y estrenadas el Miércoles Santo de 1967; unas valiosas caídas de plata con las que procesionó la Virgen de la Cabeza hasta el año 1996.
El paso de misterio de Las Siete Palabras fue realizado por Ricardo Reguera en 1881 según diseño de Joaquín Díaz Montero. Su estética es neobarroca y responde a criterios eclécticos: materiales tradicionales y formas en las que se han simplificado las soluciones compositivas, pictóricas y cromáticas. Los respiraderos se fechan en 1931 y son obra de Francisco Vélez Bracho, enriquecidos por Ángel de la Feria en 1995. La canastilla fue ampliada en su altura por Manuel Peralta en 1966 mediante un nuevo baquetón de 8 cm. Las andas llevan en las esquinas cuatro ángeles estrenados en 1923, con cartelas con inscripciones, alzados sobre peanas doradas por Ángel Feria en 1999. Se iluminan por seis candelabros, de cinco luces en las esquinas y de tres luces en los laterales. Lleva faldones de damasco rojo con cenefa bordada por Fernández y Enríquez en 2009 y maniguetas doradas por Ángel Feria en 1995.
El Crucificado lleva potencias de plata dorada de Orfebrería Andaluza en 1992 y corona de espinas en plata por Joaquín Ossorio de 2013; la Virgen de los Remedios porta corona de cobre dorado de Cristóbal Ortega de 1893 y puñal de plata dorada de Hijos de Juan Fernández de 1997. San Juan Evangelista lleva nimbo de plata dorada de Villarreal de 1982 mientras que las santas Mujeres portan nimbos de Orfebrería Santos de 2001.
El conjunto de piezas de terciopelo bordadas en oro es de gran interés. La Virgen de los Remedios viste manto azul de Celestino Rodés y terminado por las Hermanas Antúnez entre 1868 y 1877, y su saya burdeos. San Juan Evangelista lleva túnica de color verde con mantolin rojo. Las Santas mujeres llevan túnicas de color Verde, Marrón y Azul respectivamente. Todas estas piezas descritas fueron ejecutadas por las Hermanas Antúnez para la Hermandad entre los años 1873 y 1875.