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domingo, 2 de marzo de 2014

Candelabro de Cola: Todos somos Iglesia


Qué tostón del tema de la Catedral. El que hizo saltar la liebre con el titular “Ya solo quedan dos años para que la Mezquita (Catedral desde hace siglos, para histórica indigestión de giliprogres) sea propiedad eterna de la Iglesia” se ha debido quedar descansando. A esta mente inquieta le tenemos que agradecer lo que ha tocado –y aún toca- aguantar: brutal explosión de exabruptos y sandeces de nuestra “muy democrática” izquierda (esperen, que voy a reírme un rato). El hecho es que aquí tenemos ya a los responsables de optimizar nuestro nivel de vida enarbolando la bandera de la lucha contra la Iglesia por enésima vez. Como todo el mundo sabe, la confrontación con la Iglesia va a hacer a todos los andaluces más ricos, hará florecer industrias, fomentará el empleo, reducirá las desigualdades sociales, mejorará los problemas ambientales y dará solución al galopante problema educativo que nos está enterrando generaciones y generaciones de estudiantes en el cementerio de la ignorancia más atroz. Y todo ello de la forma más democrática posible, porque es exactamente eso lo que el pueblo le reclama ahora mismo a sus políticos. Y ellos, siempre tan prestos a escuchar a la ciudadanía y a cumplir servicialmente sus demandas... Ellos a los que se les hacía la boca agua contemplando al difunto Hugo Chávez apuntar con el dedo hacia cualquier inmueble al grito de “¡exprópiese!”, se encuentran ahora ante el sueño de poder hacer lo mismo ni más ni menos que con la Catedral de Córdoba. No me digan que no es para hacerse un “ochito” de puro gusto.

Afortunadamente nuestra Iglesia no se ha visto sola en la defensa de su posición ante el afán expropiatorio de nuestra Junta “Susanista”. La Hermandad de la Buena Muerte y la Agrupación de Hermandades y Cofradías realizaron esta semana sendos comunicados de apoyo en respuesta a las cernícalas pretensiones del poder público regional. Es decir, la Iglesia encontró apoyo donde debía encontrarlo. Y a mí estos gestos me congratulan y me reconfortan enormemente, sobre todo porque la imagen de unidad es necesaria en el seno de la Iglesia Católica, más en estos tiempos que corren. El ejemplo tiene que cundir. Es imprescindible que se generalice y que se ponga de manifiesto en todos los sentidos. La alta jerarquía eclesial no debería olvidar el papel fundamental de las Cofradías como ejemplo de evangelización y de atracción de fieles, a día de hoy las congregaciones más poderosas con las que la misma cuenta… O, mejor dicho, debería contar. Porque da la sensación de que nuestro entrañable y bien amado Obispado ha sido realmente miope con respecto a nuestras Hermandades. Y es que, en los últimos años, las mismas han podido ver cómo han sido utilizadas como arma arrojadiza ante los ataques externos (recordemos la bochornosa actuación de 2009 con el lazo blanco) o como fuente de ingresos “diezmada” haciendo usos de modos francamente mejorables, por decir algo. Ojalá el ejemplo que han dado la Agrupación y la Hermandad de la Buena Muerte respaldando a la Iglesia de Córdoba sirva para configurar un mejor marco de relación en el que las Cofradías ocupen el lugar que realmente merecen recibiendo un mejor trato por parte de los siervos de Dios, que evite en el futuro desavenencias absurdas y consolide la necesaria unidad de congregaciones en la casa del Señor, que es casa de todos.

Todos somos Iglesia. Y si no, mal vamos

Marcos Fernán Caballero







Recordatorio Candelabro de Cola




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