Como todos sabéis, este año se celebran numerosas elecciones a hermano mayor en nuestras cofradías, algo que ocurre, por norma general, cada cuatro años, y que hacen que la Cuaresma que todos esperamos disfrutar se convierta en una especie de “Cuaresma Electoral”, cual campaña o precampaña política; lo que son cuarenta días de preparación para la semana grande, para algunos se convierte en una “carrera” de cuarenta días por alcanzar el sillón de mando de su cofradía.
Quizá la sociedad actual predominante sea la culpable de esta situación, una sociedad plagada de egos, del “quítate tú para ponerme yo”, del más oscuro enaltecimiento del “yo” como protagonista de todo, de mirar por encima del hombro, de querer aparentar una posición social superior, de remar cada uno en una dirección buscando su propio bien, en definitiva, una sociedad que tan solo busca su propio bien, en lugar de luchar por buscar el bien común.
Todo esto da lugar a esta “Cuaresma Electoral”, una cuaresma que no pasa desapercibida para nadie y que para muchos supone un trabajo extra en su agenda social, en ella se suceden las charlas con los hermanos, las exposiciones de ideas y futuros proyectos, las evaluaciones de lo mal que lo han hecho los que están, las “ofertas” de puestos en cortejos y en juntas de gobierno, el mercado de fichajes de martillos y bandas, y toda la rumorología que rodea a unas elecciones.
En estos meses podemos ver como aparecen grupos de hermanos que en otras ocasiones no se han visto, grupos que solo aparecen cada cuatro años o grupos que se muestran más simpáticos que nunca, los hay que incluso te hablan y se interesan por ti cada cuatro años pero después no vuelven a dirigirte la palabra; abundan las cervezas con debate posteriores a los ensayos de costaleros, muchas de ellas incluso invitadas, a cambio de un “no te preocupes, ya pagarás tú otra vez”, emplazándonos a una siguiente reunión. La asistencia a los cultos también aumenta notablemente, trajeados y medalla al cuello, por supuesto. E incluso se llega a ver por la cofradía ofreciendo su ayuda a gente que nunca antes se ha visto por allí y que, probablemente, no se vuelva a ver tampoco si no resultan elegidos.
Otro punto a destacar son los Boletines de Cuaresma, aquellos que los cofrades ansiamos tener en nuestro buzón cada año por estas fechas y que también se convierten en palestra para este grupo de personas que quizá nunca hayan escrito con anterioridad en ningún boletín o que incluso escriben para alabar y engrandecer la figura del compañero que en unos meses se presentará a las elecciones a hermano mayor, que en estas ocasiones suelen ser el medio oficial para las llamadas “juntas continuistas”, o bien sin ser el caso de una continuista, tan solo quieren agradecer la labor de un hermano en concreto que, curiosamente, se presentará como candidato a hermano mayor.
También cobran un lugar importante en estos días las redes sociales y la presencia en Internet de los candidatos; podríamos decir que se trata de un “plus” que refuerza todos los casos anteriormente expuestos y que abordan continuamente a base de comentarios, mensajes y “tweets” propagandísticos nuestros perfiles, tablones o muros digitales.
Todo por un voto, este sería el resumen perfecto de esta “Cuaresma Electoral”, la que aun nos queda por vivir, pero que para muchos ya ha empezado de alguna forma hace un par de meses. Por suerte esto solo ocurre cada cuatro años y, salvo cualquier caso extraordinario, podemos disfrutar con tranquilidad el resto de cuaresmas en las que no acecha la sombra de unas elecciones.
Paco Afán
Recordatorio Opinión en Gente de Paz: Entre lo Divino y lo Humano