Hablar sobre fe y religión, pero
en un ambiente distendido. Eso es lo que pretenden los 'cafés teológicos'
organizados durante el curso por el área de Infancia y Juventud de la Diócesis
de Huesca. El último tuvo lugar este viernes en los locales de la iglesia de
Santiago y tuvo como temática 'el noviazgo cristiano'. Al igual que en
encuentros anteriores, el obispo de Huesca, Julián Ruiz, fue el encargado de
dirigirse a los jóvenes asistentes, con edades entre los 13 y los 18 años,
quienes después se encargaron de realizar preguntas por escrito y de forma
anónima que Ruiz se encargó de responder. Todo ello al tiempo que disfrutaban
de café, refrescos, aperitivos y dulces.
Ruiz recordó así "las tres
claves" ofrecidas por el Papa Francisco sobre el matrimonio y que, en su
opinión, "valen para cualquier relación entre un chico y una chica".
Se trata así, aseguró, de "Por favor, gracias y perdón". "El
Papa Francisco dice que hay un momento en la vida del matrimonio en el que
pueden volar los platos. No os preocupéis, pero no dejéis pasar el día sin
pedir perdón", propuso a los jóvenes asistentes.
Hizo referencia además a una
leyenda oriental en la que Dios avisa que depositará un grano de arena sobre
una extensa pradera por cada pecado que cometieran los hombres, hasta que al
final, se creó un desierto. "Una relación cuando empieza, es como un
inmenso prado, con perspectivas, con horizonte, pero se puede ir llenando de
estos granos, que pueden ser de desconfianza o pequeñas mentiras", señaló
además Ruiz, quien animó también a los jóvenes "a dialogar sobre estos
temas con sus padres".
En busca de diálogo
Como explicó Antonio Gállego,
organizador de esta actividad desde la Diócesis de Huesca junto a Munia
Corcuera, la idea surgió en Tarragona, "con el fin de facilitar la
cercanía y el diálogo con el obispo". "Se trata de una forma de que
el obispo mantenga encuentros con los jóvenes en un ámbito distinto a las
celebraciones litúrgicas, en las que él habla y punto. Aquí, en cambio, se
establece un diálogo", señaló Gállego. Con el fin de que los jóvenes se
sientan libres para preguntar se establece, de este modo, un sistema en el cual
se escriben las cuestiones en un trozo de papel que después Ruiz se encarga de
responder. “La anterior sesión trató sobre qué puede ofrecer la iglesia a los
jóvenes y, modo de anécdota, uno de los chavales preguntó sobre los
exorcismos”, relata el responsable de la actividad.
Antes de escoger un tema,
asegura, se consulta primero a los jóvenes. "Los jóvenes, aunque parezca
que en ocasiones no se enteran de nada, tienen una inquietudes que deben
responderse de forma coherente", afirma Gállego. De este modo, la temática
del próximo encuentro, comenta, "todavía no la conocemos, debemos
preguntarles primero a ellos".