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martes, 13 de mayo de 2014

La Chicotá de Nandel: Los luchadores de las Hermandades


No hay otra. Hay quien no encuentra ninguna palabra mejor. LUCHAR... Por mi Hermandad. Cual guerra santa, como si esto fuera, ¡presto, lucha que quieren matarnos!, que la Hermandad son dos días, LUCHEMOS POR ELLA. No hay vergüenza en algunas personas, o personajes varios y variados, no la hay.

Olvidémonos de aquellos, que todos conocemos alguno, que LUCHABA por su Hermandad, haciendo trabajos para ella, tipo... obra, si era obrero (y meterle una abultada y suculenta cuenta, porque sabían que se la pagarían), abastecimiento de alimentos para fiestas, Cruces de Mayo, Ferias, etc, etc, etc, , si tenía una tienda de ultramarinos (e igualmente, aprovecharse a la hora del cobro), o simplemente donando dinero, para que su nombre apareciera como donador, y luego recuperar hasta la última peseta, con exigencias y asfixia para los hermanos, Y SU HERMANDAD... Por la que TODOS LUCHABAN.

Olvidémonos de aquel, que no sabe vivir sin un cargo en una Junta de Gobierno, PARA LUCHAR POR SU HERMANDAD, el que se ha hecho perpetuo en un cargo, y ya hace años luz que no sabe ni qué o cuál es la labor que realiza en la Hermandad, traje negro, aparentar, golpes de pecho a la luz del día y en público, LUCHANDO POR SU HERMANDAD.

Olvidémonos del ego sin fin de saciedad de algunos capataces (normalmente, ni siquiera son eso, capataces, con la grandeza que tiene este nombre, conozco a unos pocos), o los que sólo aparecen para que la gente los vea el día de salida con el traje alrededor de la Hermandad, PARA LUCHAR POR ELLA.

Yo hoy, hablo de otro grupo, este para mí, más importante, porque estos, estos si que son LUCHADORES, pero... ¿DE SU HERMANDAD?

Podría darles un par, o bueno, unos pocos más de nombres de este tipo de señores, pero antes, les aclararé algo, para que ustedes no se lleven a engaño.

Yo, por ejemplo, tengo dos Hermandades, Paz y Esperanza y Penas de Santiago. En la Paz, soy hermano desde que nací, quizá creo que desde el día de la festividad de Nuestra Señora, pero en las Penas, si no me falla la memoria, no sé si comencé a participar de la misma pasados los diez años de edad.

Mucho han cambiado mis dos Hermandades, de las cuales, una por tiempo, otra por no estar en condición de soportar una dictadura, pero pura y dura, hace años que no disfruto como solía hacerlo. Ni siquiera los días de salida de ambas. Y al menos en una de ellas, me encantaría, pero es que uno también elige otros caminos, (aunque en esta Hermandad, nunca me han tachado de traidor, mal hermano, ni cualquier gilipollez soberana -espero me perdonen la expresión- como me ha sucedido en la otra).

Conozco a muchos amigos, que ni siquiera por los Titulares, sino por cercanía con los hermanos, se han apuntado a algún tipo de Hermandad, pero son unos señores, son personas cabales y BUENOS AMIGOS, y aunque no lo fueran, seguirían teniendo los adjetivos que les he dedicado, porque, piensen ustedes, ¿qué puede aportar un hermano recién llegado a una Hermandad, de la que sólo conoce a los pocos hermanos que actualmente la forman y sus Titulares? No conocen su historia, quién la ha fraguado, quién ha mantenido la Hermandad hasta ahora. 

Participan aprendiendo, respetando la historia, aprendiendo de dónde ha venido cada símbolo, qué ha hecho que cada cosa esté como está, cuáles son los valores de la Hermandad, el estilo, el sello.

Con los años, pues claro que se pueden poner los puntos sobre las íes en cosas que no nos cuadren, comentarlas, argumentarlas, manteniendo el sello, y sin que se pierdan las formas ni la cabeza, todo es mejorable en esta vida, todo, excepto el respeto; si no se respeta el pasado de aquello en lo que participamos, que se llama HERMANDAD, a la que nadie nos obliga a apuntarnos, mal vamos, como por ejemplo, el grupo que nos ocupa, LOS LUCHADORES DE LAS HERMANDADES.

Hay personas que no han visto una hermandad ni en el librito de Semana Santa, que no conocían más que de vista a algunos de sus hermanos más activos, pero que por obra y gracia del Espíritu Santo, son llamados o se autoeligen (o se convierten en consortes de alguien) para ir a "arreglar" a una Hermandad... y menos mal que existen estas personas, para regocijo de los que atizan a todo lo que huela a Semana Santa.

Aquí ya no hay respeto, ni antigüedad, ni votación, ni consenso, ni argumento que valga de la otra parte, ni leche frita.

EL LUCHADOR DE LA HERMANDAD, llegará a decirnos a los que no vea bien para su causa, que NO SOMOS DE LA HERMANDAD, QUE NO LA QUEREMOS, QUE LE HACEMOS DAÑO, por pensar, opinar, o no estar con o contra lo que ellos vean (U OTRO LUCHADOR COMO ELLOS, QUE DECIDA CUAL ES EL CAMINO DE LA ÚNICA VERDAD).

Y me pregunto yo, ¿es un insulto decirle a estas personas, que qué saben de la Hermandad, el día que nos cojan ya un poco cansados? Quizá, deberíamos decirles, ¿que qué pasó con su Hermandad, aquella a la que dejaron ellos tirados para venirse a la mía?

¿Se lo podremos decir? ¿Nos insultarán más? ¿Llegará incluso a algo más? Total, en la LUCHA, todo vale, incluso la eliminación, cosa que han conseguido ya con muchos que han acabado con su pertenencia en la hermandad.

Como gran LUCHADOR, no ven que los años pasan, y ya mismo, no tendrán tiempo, no podrán ya por edad sacar un Paso, y lo que es peor, SU LUCHA HABRÁ SIDO EN VANO.

¿No han pensado que su Comandante puede retirarse con una silenciosa marcha? ¿Qué harán ellos? ¿Cómo LUCHARAN AHORA POR LA HERMANDAD?

¿No piensan, que pueden algún día volver los hermanos de toda la vida... Y no saber quién es él? ¿Dónde meterán la cabeza, o es que la perderá, pensando que lo han utilizado como MERCENARIO DE LA LUCHA?

Lo que sí tengo claro, es que estos MERCENARIOS, si luchan por algo, NO ES POR SU HERMANDAD, primero, porque no es la suya, es la de todos, los de ahora, y los que estaban antes que ellos, o quizá, su lucha sea por un chusco de pan, para hoy, y un lamento mirando a la cara de una Imagen con arrepentimiento mañana.

Que cada uno HAGA LO QUE LE DE LA GANA, pues para eso somos libres y sobre todo, para saber cómo se trabaja por engrandecimiento de CRISTO O SU BENDITA MADRE, que no es de otra forma, que AYUDANDO A HACER HERMANDAD, llevemos treinta años o dos días, SIEMPRE HERMANOS... NUNCA LUCHADORES, NI CONTRARIOS... NI ENEMIGOS.

Fernando Blancas Muñoz



Recordatorio La Chicotá de Nandel



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