Una imagen vale más que mil palabras, así que casi podría concluir este
artículo enseñándoles la siguiente fotografía y dejando que saquen ustedes sus
propias conclusiones. Pero por respeto a los lectores de este blog, me detendré
a exponer mi punto de vista.
Ahí lo tienen, un universo de cámaras, camaritas, teléfonos móviles y
demás aparatejos grabando hasta el más mínimo detalle de la Banda de Cornetas y
Tambores de la Presentación al Pueblo de la sevillana localidad de Dos
Hermanas. Delante, el Cristo del Amor de Baza, en segundo plano, en penumbra,
eclipsado por los sones de la banda y por sus “fans”, a quienes parece
importarles más bien poco el discurrir de la sagrada imagen. Salía en procesión
extraordinaria por el 25 aniversario de la llegada del crucificado a la
localidad granadina.
Otro ejemplo, les invito a que vean este vídeo en el que sale la también
sevillana y mediática Banda de Cornetas y Tambores del Stmo. Cristo de las Tres
Caídas de Triana acompañando a Santa Eufemia en Antequera, provincia de Málaga.
Párense en el minuto 3:50 y pónganse a contar dispositivos móviles para grabar
a unos señores soplando cornetas y otros instrumentos. Además, cuando terminan
la interpretación de la marcha, seguro que todos esos aplausos van para la
Santa y no para la banda. ¿No?.
Lo fácil sería echarle las culpas a estas Hermandades que contratan
bandas mediáticas por el mero hecho de presumir de traer a la banda puntera del
momento (que tenga etiqueta de Sevilla, por supuesto). O a las propias bandas,
por permitir que todos estos frikis se amontonen frente a sus banderines
ignorando a lo verdaderamente importante, que camina unos metros más adelante.
Bien es cierto que algunas bandas promueven esto, como es el caso de la
corporación trianera, pero no soy capaz de culparles a ellos.
Siempre que hablo de música cofrade digo lo mismo, no soy ni pretendo ser
un entendido de la música, pero sí tengo la suficiente capacidad como para
saber que imágenes como las que hemos visto anteriormente están completamente
fuera de lugar. Me indignan. Por mucho que te guste una banda, por mucho que
esta banda ponga los sones al misterio que más cambios hace en La Campana, por
mucho que toquen las marchas “del momento”, no alcanzo a entender cómo puede
llegar a tener más importancia que cualquier imagen sagrada.
Los cofrades hemos de estar muy perdidos para venerar a un grupo de
músicos como si se tratara del Becerro de Oro que aparece recogido en el
Antiguo Testamento. Con toda la información de la que disponemos –también los
cofrades- en pleno siglo XXI no alcanzo a comprender cómo pueden seguir
sucediendo estos hechos. Hace falta formación cristiana y cofrade a raudales,
lo repito en muchos de mis artículos críticos hacia los propios cofrades, pero
es la pura verdad. Las Hermandades han de ser vehículo de formación cristiana
para todo aquel que se acerca a este mundillo, de lo contrario estaríamos cometiendo
negligencia en este aspecto.
Hasta que no nos demos cuenta de que lo importante no va ni bajo, ni
delante de, ni detrás de los pasos, sino que va encima de ellos, no estaremos
siendo verdaderos cofrades cristianos, sino adoradores de Becerros de Oro,
estaremos creándonos nuestros propios dioses hechos para aquello de “yo soy
cristiano a mi manera”. Y sólo hay una manera de ser cristianos. Seguirle a Él.
José Barea
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