Ya en los últimos días de la
Pascua todo el mundo mira inconscientemente a esa pequeña aldea onubense,
contando los días para ver a la Blanca Paloma.
Llegó el momento. Es Lunes de
Pentecostés, en estos momentos los cristianos tenemos una mezcolanza de
sentimientos imposible de explicar. Los nervios de ver aparecer en cualquier
momento el Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte nos tiene en una especie
de pasión contenida que en el instante menos esperado va a explotar.
La calma y el silencio que
precede a ese momento es anunciante del emotivo salto de la reja, dando paso a
sinfín de emociones que no dejan indiferente hasta al menor de los devotos.
No olvidemos que el tiempo de Pentecostés es el período donde los cristianos celebramos la llegada del Espíritu Santo, y que es a través de esta romería, y sobre todo de la procesión de la Reina de las Marismas con la que le damos la bienvenida.
Es ahora cuando, con esta celebración, se inician de nuevo las actividades de la Iglesia, ya que conforme la liturgia católica es la fiesta más importante después de la Pascua y la Navidad.
Es ahora cuando, con esta celebración, se inician de nuevo las actividades de la Iglesia, ya que conforme la liturgia católica es la fiesta más importante después de la Pascua y la Navidad.
Así pues dejémonos influir por la
acción del Espíritu Santo en nuestras acciones diarias para poder ser fieles
testigos de Jesucristo.
Estela García Núñez.