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jueves, 5 de junio de 2014

Los 15 momentos irrepetibles de la semana extraordinaria de la Macarena



Esta extraordinaria semana de la Macarena ha dejado tantos momentos inéditos e irrepetibles que sería imposible enumerarlos todos. La Esperanza cruzó de nuevo las fronteras físicas e imaginables llegando hasta la Plaza de España, extramuros y entrando en todos los templos en los que pasaba y cabía el paso de palio. A lo extraordinario de los escenarios por los que pasó la Virgen se le suma la música, con la interpretación de piezas que nunca antes se pensaba que sonarían detrás de una imagen.

Estos son los quince momentos irrepetibles de esta semana extraordinaria de la Esperanza, por los que una vez más se apela a la bendita locura macarena:

1. La entrada improvisada en Montesión

Llegaba la Macarena por Feria camino de la Catedral el pasado 24 de mayo, viviendo momentos de gran emoción en Parras, Escoberos y en Omnium Sanctorum. Pero, cuando llegó el palio a Montesión, nadie esperaba que ocurriera ese milagro que parecía y se anunció como imposible. Antonio Santiago y su cuadrilla consiguieron, con mucha dificultad, que el palio entrara en la capilla como ya hiciera en la salida extraordinaria de 1971. Al llegar al mismo dintel, el capataz le indicó al fiscal de paso que lo podían intentar, y así fue. Con la emoción desbordada dentro de la capilla, el palio dio una vuelta dificilísima por las estrecheces de la misma, y volvió a salir a la calle bajo el delirio del público.

2. El encuentro con la Amargura

Lo de San Juan de la Palma fue un momento de los que nadie de los que lo vivieron lo olvidará jamás. Las dos primeras Dolorosas coronadas cara a cara. La Amargura bajó de su camarín para recibir a la Esperanza a los pies del presbiterio, con su corona de oro y el manto de salida. Llegaba la Macarena a los sones de «Amarguras» y «Valle de Sevilla», cruzando una alfombra de flores con las encomiendas de la Amargura y la Macarena. La anchura del paso hacía complicadísima la entrada, apenas sobraban dos centímetros por cada lado, pero finalmente accedió al templo, lleno de 500 hermanos de San Juan de la Palma que no quisieron perderse aquel mítico encuentro que ya sucediera 50 años atrás y de los que hablaban los mayores, estaba recogido en los libros, pero no existe una foto que lo atestiguara. Aquella imagen volvió a repetirse, y no pudo ser más emotiva y hermosa. Al salir de San Juan de la Palma, a los sones de «Coronación de la Macarena», los vecinos le lanzaron una interminable lluvia de pétalos, desde sus casas engalanadas con las colgaduras que se hicieron para el cincuentenario de la coronación de la Amargura, con las letanías de la Virgen.

3. La «vuelta a casa» en la Anunciación

La Macarena nunca renuncia a su historia. Por eso, no prescinde cada Madrugada de pasar ante la Anunciación, el templo que acogió a la hermandad durante los años en los que San Gil estaba destruida cuando fue incendiada en la Guerra Civil. El año pasado, el Señor de la Sentencia entró para refugiarse de la lluvia, pero no lo hizo la Virgen. La Macarena volvió a la que fue su casa, donde se encontró con la Virgen del Valle, con la que no llegó a compartir templo, pero que se vieron frente a frente.

4. Alfombra de sal en la Plaza de San Francisco

Fue otro de los momentos únicos que dejó la procesión de ida a la Catedral. La Virgen llegaba, ya con un retraso acumulado superior a las dos horas a la Plaza de San Francisco. A los sones de «Campanilleros» comenzó a cruzar la primera de las portadas del Corpus que simboliza la parroquia de San Sebastián. Con el «Himno a la Esperanza Macarena» cantado por todos los presentes, cruzó poco a poco la alfombra de sal, regalo de Sanlúcar de Barrameda, y fue recibida allí por la Corporación municipal.

5. El besamanos más multitudinario de la historia

En la Catedral, la Virgen celebró, desde el domingo 25 al martes 27, un besamanos extraordinario en la parroquia del Sagrario que puede considerarse como el más multitudinario de la historia. Más de 40.000 personas guardaron colas de hasta cuatro horas para besar a la Virgen de la Esperanza, vestida de forma espectacular con el manto celeste de 1964, y situada bajo el retablo barroco de Pedro Roldán. Fue especialmente emotivo el acto que organizó la hermandad con sus hermanos veteranos, algunos de ellos impedidos, como aquel invidente que tocó las manos de la Virgen. Es, probablemente, el acto más emotivo y simbólico de cuantos se han celebrado en torno a la Esperanza. 



6. Junto a la muralla del Alcázar

Otra de las estampas inéditas fue contemplar a la Virgen de la Esperanza en la Plaza del Triunfo, bordeando la muralla del Alzázar, con los primeros rayos de sol del día iluminándole el rostro. Sonaron marchas macarenas, pero el momento más hermoso llegó cuando pasó por delante de la sede del Consejo de Cofradías, en la calle San Gregorio, momento en el que sonó «Sevilla Cofradiera».

7. Estrella Morente le canta una copla en la Plaza de España

Esperaban en la Plaza de España miles de macarenos, bajo un salor sofocante. La Virgen llegaba entre la arboleda del Parque de María Luisa y, al entrar en la plaza, la banda se retiró y comenzó a sonar la «Sinfonía Macarena», a cargo de la orquesta que partició en la misa estacional. De esta misa, quedará siempre en el recuerdo la copla que le cantó Estrella Morente durante el ofertorio, que compusiera Juanita Reina, y que lleva por nombre «Esperanza y Macarena». Esa estampa costumbrista, con músicas que recordaban a Albéniz durante la misa, el escenario histórico y las mujeres vestidas con mantillas blancas, bien podría haber salido de un cuadro de García Ramos.

8. «Suspiros de España»

Como colofón a esa estampa costumbrista, la Virgen de la Esperanza se despedía de la Plaza de España a los sones del pasodoble «Suspiros de España», interpretado por la orquesta, y que causó una enorme emoción en todos los presentes y los que la vieron por televisión. Parecía una música hecha para ese palio, que se movía con una gracia recuperada.

9. Junto a los Estudiantes

Antes del sesteo en el Rectorado de la Universidad, la tuna le cantó a la Virgen de la Esperanza el «Himno Universitario» y «Niña sevillana», una canción dedicada a la Macarena. Justo después llegó otro de los encuentros para la historia. La Virgen entró en la capilla de los Estudiantes para saludar a la corporación con la que compartió templo años atrás en la Anunciación y con la que está hermanada desde entonces.

10. En los Negritos

Con una Ronda Histórica atestada de público, llegaba la Virgen a la capilla de los Ángeles, recibida por una alfombra de flores. Allí hizo su entrada a los sones de «Virgen de los Ángeles». Un momento muy emotivo a pesar de que un foco de una televisión le estropeó a muchos el momento. Allí se produjo el encuentro con los Negritos y con San Roque, exiliada de su templo. Al salir, sonó «Coronación de la Macarena», bajo una lluvia de pétalos, y se le cantó una saeta desde de un balcón de la capilla.

11. «Reina de San Román» al llegar a los Gitanos

No estaba previsto en el recorrido inicial, aunque la hermandad de los Gitanos invitó a su compañera de jornada a que entrara en su casa. Y así fue. La Macarena, al llegar a la altura de María Auxiliadora, se desvió por la calle Mateos a los sones de «La Macarena», de Paco Lola, y «Madre de los Gitanos Coronada». El delirio llegó cuando la Virgen hizo su entrada en el santuario a los sones de «Reina de San Román», andando con alegría, al igual que hizo dentro del templo cuando le interpretaron, delante del Señor de la Salud y la Virgen de las Angustias, la marcha «A ti Manué». Fue uno de los momentos más emotivos, ya que faltaba ese encuentro con la Macarena, después de haber compartido templo de forma breve con el Señor de la Sentencia el año pasado cuando se refugiaron en la Anunciación ambas hermandades.

12. Tres Vírgenes coronadas juntas

Casi una hora permaneció la Macarena en el recinto salesiano de la basílica de María Auxiliadora, que dejó para las retinas la visión de las tres Vírgenes coronadas: la Esperanza Macarena, la de la Trinidad y María Auxiliadora. La Esperanza de la Trinidad la recibió en la plaza sobre el paso de San Juan Bosco y María Auxiliadora en su paso, con el que salió el día anterior. Quisieron darle a la Macarena el mejor recibimiento, en el que hubo cantos, rezos, un mini pregón –todo lanzado con megafonía– y hasta fuegos artificiales en un espacio adornado con guirnaldas, colgaduras, mantones, banderas... todo para demostrar el gozo por la visita, que quedó para siempre recogida en un azulejo descubierto en el transcurso del acto.

13. En la casa natal de Santa Ángela

Emotivo momento que se tornó íntimo entre la multitud fue el que se produjo en la casa natal de Santa Ángela de la Cruz, en la calle Santa Lucía. En la inmensa bulla se resguardaba la inmensidad de las Hermanas de la Cruz, en las personas de las más ancianas de sus monjas que, a las puertas del pequeño convento, esperaron y recibieron la llegada de la Esperanza Macarena. Fue una parada para escribir en letras de oro en el mejor libro de Sevilla.

14. Los callejones y la parroquia de San Julián

El paso de la Esperanza por los callejones de San Julián fue hermosísimo, con los balcones repletos de mantones de manila, y la llegada a San Julián, apoteósica. A los sones de «Madre Hiniesta» saludaba a la Virgen del Rosario, que estaba en un altar en el lateral de la parroquia. Luego, sonó «Hiniesta» de Peralto y una petalada la recibió en la puerta de ojiva, bajo la cual estaba la Hiniesta gloriosa. También fue para recordar el paso de la Esperanza por la calle que lleva su nombre, Macarena, junto a la muralla, donde sonó la marcha «Pasan los Campanilleros» y, en la esquina con Aniceto Sáenz, «Rosario Macarena», con la que la Virgen aguantó el trío para romper hacia delante con el fuerte de la marcha.

15. En su casa de San Gil

Al alba llegaba la Esperanza a la casa en la que más tiempo ha estado: San Gil, la iglesia de la que se tuvo que marchar en la guerra y que luego cambió para presidir su propia basílica. La Virgen entró en la parroquia y, al salir, la Centuria Romana le hizo un regalo muy especial. Fue algo inédito, la Banda de la hermandad interpretándole el «Himno a la Esperanza Macarena», un momento para la historia que tuvo lugar minutos antes de su entrada.





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