No se han parado nunca a preguntarse, si en esta ciudad hay muchos camellos, mucho yonki o es muy barata la droga. Si no lo han hecho, durante unos instantes en el punto y aparte, háganlo.
Si ya lo han hecho o no da lo mismo, pero la realidad es que uno de esos factores se debe producir. Y motivos hay para planteárselo. Un ejemplo, echen un vistazo a las redes sociales e indaguen en los comentarios azorados que leen por ahí. Nadie, en su sano juicio claro está, se atrevería a decirle a un fulano a la cara improperios de toda clase y condición. El argumento puede ser lo más nimio: que una banda suena flojito, que se debería mirar más por la acción social de la cofradía tal, que se posicione uno en contra de cierta actitud de mengano, que una fecha en un artículo sea errónea. Da igual. Saldrán diez airados llamándote de todo y, si no fuera por el administrador de mensajes, mentando a tu madre, padre, hermana, prima y abuela.
¿Creen que eso lo dirían a la cara? La respuesta es evidente porque de ser afirmativa esa misma cara se perdería, si en público tuviésemos la misma desfachatez que tras una pantalla de ordenador.
Y eso no es todo. Otro ejemplo, en estas semanas he visto perfiles de facebook de candidaturas. Unos mejores que otros. Pero, ¿no nos estamos alejando del espíritu que debe imperar en una hermandad?
Debe ser que no. De lo contrario, determinado candidato no actuaría como un político de tres al cuarto y plantaría la foto de su candidatura como si ya hubiesen ganado, ni las llaves de la casa de hermandad, ni borraría mensajes incómodos, ni bendeciría azulejos con su nombre (lo de la casa era secundario, seguramente) como un buen alcalde en campaña de la época del ladrillo.
Pero puestos a mencionar fotos la de la sede de la Agencia EFE, a la que refirió en su suspiro mi admirado Joaquín, ya es el remate del tomate.
Disculpen lo coloquial, pero es que me sale así. No quiero decir que el rector de las cofradías no deba estar. Debe y es su lugar. Y debe defender la titularidad de la Iglesia cual primus inter pares. No hay discusión ni duda. Pero ese énfasis debió ir más allá en su tiempo. Más allá de una nota escaneada y con peor uso de las comas... Que oiga, a un lingüista le sangrarían los ojos. A una hermandad se le supone suficiente una nota de prensa, a la institución que a todas representa, un poquito más hubiera quedado hasta bien.
Ahora, la magna aquietará nuestros pesares y, por si en la provincia no lo saben, fijen horarios con pulcritud que, con suerte, solo un par de horas de retraso.
La droga es barata. Definitivo. Porque todos seguimos complacientes. Calladitos y a discutir con una copa que, por cierto, también es droga.
Blas Jesús Muñoz
