Le pregunta otro alado al querubín por qué suspira ¿Por qué resopla susurros melancólicos? ¿Por qué no deja a los mortales que se las apañen? ¿Por qué le cuenta a Joaquín sus pensamientos? ¿Por qué las cofradías? ¿Por qué Gente de Paz?
El Ángel responde oscuro. El suspiro es la melancolía por una Semana Santa que, en la ciudad que observa, nunca existió y es demasiado joven. Y se llaman hermandades maestras a aquellas que bebieron de un lienzo y cuyos retablos itinerantes distan mucho de estar a la altura de la joya que portan...
A veces es mejor no ver lo que nos rodea... Como esos pobres mortales que tan perdidos dan la salud y los suspiros por un cargo que los haga relucir, al menos, una vez cada Cuaresma y el traje gris no parezca tan ajado como en la rutina triste de cada día...
... A Joaquín no le gustan las cofradías y se va a la playa el Miércoles Santo por la tarde, desde que una vez se cruzó con cierta hermandad por error y el fallo casi le cuesta el aliento...
... Al Ángel le gusta este medio porque brilla como un haz de luz en
medio de la noche. No como esos periódicos que redactan noticias más
grises que una tarde de enero en Noruega. Que tendrá su encanto para el
nórdico porque luego se va en verano a tostarse a Ibiza, cuyo
equivalente comunicativo es Gente de Paz.
Joaquín de Sierra i Fabra
Recordatorio El Suspiro del Ángel