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viernes, 17 de octubre de 2014

El cáliz de Claudio: ¿Legítimo o conforme a ley?


Por más que se repita una mentira no llega a ser verdad. Es algo que cualquiera entiende con facilidad, si sus facultades mentales están medianamente completas. Lo mismo ocurre si nos referimos a la diferencia entre lo que es legítimo y lo que es conforme a ley, ¿verdad? Pues bien, en cofradías no se trata de términos que vayan necesariamente unidos.

El motivo puede estribar en que algunos cofrades no estén completos o que sus superiores tampoco anden muy finos o, en este caso, como se dice vulgarmente no anden muy católicos. También, el origen puede estar en usos equivocados, excesivos y el problema sea de raíz por lo que en este artículo sobraría con decir que habría que empezar de cero y poco más.

Me explico. Pongamos un ejemplo más o menos ficticio. Una hermandad de cierta entidad convoca elecciones y concurren dos candidatos. Luego de irregularidades manifiestas, se procede a impugnar el proceso. Pero, aun con pruebas, la autoridad competente decide que no, que mejor seguir como estamos y que todo se silencie que, a la postre, será lo más conveniente.

¿Sería conforme a ley? Sin duda. La autoridad decide y el derecho a réplica o a la propia opinión, en esta ciudad, no nos engañemos, lleva al ostracismo o a intentos malhumorados de venganza insaciable (en breve, les narraré un episodio memorable a cuenta de un artículo publicado en GdP sobre cierto paso).

¿Sería legítimo? Como cualquiera puede entender, la respuesta es negativa. Como negativas serían las supuestas represalias tomadas contra los vencidos, si es que tales así se sintieran.

Todo es ficticio porque recuerden que en cofradías -como en la sociedad civil- nadie dispone de la norma a su antojo para favorecer sus intereses. Todos somos hermanos y la igualdad y la fraternidad es nuestro emblema, emanado mucho antes que la Revolución Francesa.

Blas Jesús Muñoz










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