Suspira el querubín porque ya no se suplican limosnas ¡Cómo ha cambiado el mundo! Sobrevoló el domingo los arcos de una plaza para ver a una de las Vírgenes Coronadas que verá la Magna, esperando el Ángel que lleve mejor cortejo ese día que el del desfile decadente de varas y poses aguardando la foto.
Apenas suspiraba el alado cuando oyó una voz que ofrecía a un oído presto el llamador de su cofradía ¿Uno o dos le respondían? Pero ni haciendo el pack del Carrefour, ninguno de los que allí se les propuso dio una respuesta clara.