Y tu banda, ¿qué estilo lleva?, ¿qué repertorio tiene?
¿Cuántas veces a los músicos, sobre todo de Cornetas y Tambores nos han
hecho este tipo de preguntas?, muchas ¿verdad?
En el mundo de la corneta y el tambor se da una curiosa característica a
diferencia de las agrupaciones musicales y sobre todo de las bandas de música,
y es que se pueden diferenciar claramente varios estilos.
La primera banda de cornetas y tambores que como tal disfrutó de las
primeras composiciones escritas en exclusiva para este género y por lo tanto
tiene su propio estilo es la del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga, aunque
siempre existirá el gran debate sobre esta con la Centuria de la Macarena de
Sevilla, pero ese es otro tema.
A partir de ahí las cornetas y tambores se hicieron grandes en la
capital hispalense. A mediados y finales de los setenta se formaron bandas como
“Ntra. Señora del Sol” y “Las Cigarreras” que con el paso de los años crearon
sus estilos característicos y de los cuales podemos disfrutar hoy en día. A
principios y finales de los ochenta se unen a estas las bandas de “Las Tres
Caídas” y “Presentación al Pueblo”, esta última de Dos Hermanas. Otros dos
estilos muy característicos y diferenciados que junto a las anteriores elevaron
la música cofrade en el género de la corneta y el tambor al primer nivel en
cuanto a lo que acompañamientos tras imágenes cristíferas y misterios se
refiere.
Llegado a este punto de la resumida historia de las bandas de cornetas y
tambores y sus estilos, quiero permitirme decir y muchos coincidirán conmigo,
que la última banda que está aportando un nuevo estilo musical en este género y
que además se está extendiendo es el estilo Rosario de Cádiz, nacida a finales
de los noventa.
En base a esto la mayoría de bandas de cornetas y tambores enfocan sus
estilos llevando un buen número de marchas de alguna de estas bandas, además de
una base de marchas clásicas para así tener un repertorio musical buscando
satisfacer las necesidades de las hermandades que contratan sus servicios... y
yo me pregunto ¿cuál es el repertorio perfecto?
Comencemos a darle forma. En este término llega la hora de hablar de
gustos musicales. Cuántos debates hay alrededor del repertorio musical de una
banda, sobre todo a la hora de satisfacer a los músicos de la misma. Dura tarea
esa de la dirección musical ya que siempre hay quien cuestiona la decisión de
montar una u otra marcha. Lo más lógico y normal es que la banda tenga una
buena base de marchas denominadas “clásicas” y que todos conocemos. En ese
aspecto no suele haber controversias aunque hay tantos guiones armonizados,
rearmonizados, adaptados y además con distinta instrumentación que hace que a
veces dudemos cual es la que mejor se adapta a nuestra banda.
Una vez decididas estas marchas llega la hora de pensar qué estilo de las bandas llamadas “grandes” vamos a adoptar teniendo un buen grosor de marchas de la elegida y empezando par marchas conocidas y con una cierta antigüedad, para rematar con algunas más recientes y digamos que estén “de moda”.
Llegado a este punto cada vez más las bandas, aún con poca experiencia y edad, suelen montar una o dos composiciones propias que identifique a la banda. Suele pasar que esas marchas son del estilo de la banda grande a la cual se sigue y por lo tanto no aporta nada muy nuevo al panorama musical. Pero ojo, hay que empezar de alguna forma a buscar un estilo ya que hoy en día es muy complicado este hecho, pero la gratificación de decir “este marcha es nuestra” es inmensa, sin querer se toca con más ganas, con más ímpetu, aunque deberíamos sin ser músicos profesionales hacerlo exactamente igual con cualquier otra marcha.
Hoy y cada vez más podemos disfrutar en las cornetas y tambores de grandes e ilustres compositores y otros noveles que van aportando aire fresco a este tipo de composiciones, cosa que a mi personalmente me alegra mucho, ya que a veces puede resultar monótono escuchar veinte estrenos de marchas al año y al final pienso “mas de lo mismo”.
Tenemos el repertorio de nuestra banda elegido. Salimos a hablar con hermandades para que nuestra banda acompañe a sus titulares en Semana Santa y llegan las primeras trabas. En este término podemos encontrar alguna hermandad que quiera llevar un estilo y quizás pueda ser el que hemos elegido, ahí podemos tener alguna posibilidad. Pero para llegar a esta nos encontramos de todo y además situaciones rocambolescas. Hermandades que quieren otro tipo de estilos y por lo tanto no tenemos posibilidad, otras quieren solo marchas clásicas y solo un tercio de nuestro repertorio es así, hay quienes quieren (y es muy frecuente) un estilo pero les gusta tales marchas de tal banda y otras de otra banda y luego está la que además tienen composiciones que en su día les hicieron o adquirieron para sus titulares y como condición hay que montarlas.
De esta forma te puedes encontrar que para satisfacer a muchas hermandades tendrías que llevar un mix de marchas, cosa que tira por el suelo la intención de adoptar un estilo en concreto.
A veces te puedes encontrara otra situación. Como es normal hay tantas bandas como distintos niveles musicales y de interpretación. Con esto me refiero a que hay hermandades que piden ciertas marchas de “moda” que, para poder montarlas, y lo más difícil, interpretarlas decentemente, la banda debe tener un buen nivel para no hacer el ridículo, eso es así. Yo personalmente prefiero montar algo de menos nivel pero que se defiende bien. Esto es como cuando las hermandades te piden una cierta cantidad de marchas en las crucetas y que le toques varias seguidas y duras después de ocho horas de procesión un Viernes Santo. Señores que no llevan ustedes un disco tras el paso, lo más normal es que la calidad de interpretación baje considerablemente, mejor intercalar marchas más suaves, de esta forma se hará con calidad y así todos disfrutaremos.
Tengo que decir que desde hace unos años para acá cada vez más en las hermandades y cofradías hay gente “experta” en el panorama musical cofrade y que saben perfectamente qué hay y lo que se puede adaptar a sus titulares. Y esto me alegra enormemente y lo digo de verdad. Cuando se consiguen encajar las piezas la estación de penitencia puede ser un perfecto binomio, esto me recuerda a la famosa frase... "estoy escuchando lo que veo y viendo lo que escucho".
En definitiva es muy complicado satisfacer todas las necesidades de todas las hermandades con las cuales se contacta para acompañarlas musicalmente. Hay cada vez más un sin fin de composiciones de todos los estilos y marchas nuevas que vienen aportando aire fresco, esto hace que sea prácticamente imposible conseguir El repertorio perfecto.
Alfonso García
Recordatorio La Firma Invitada: ¿Cuánto vale la música?