"Vivo estos días atónito y perplejo ante una situación desconocida totalmente para mí como artista y escultor"
Blas Jesús Muñoz. Uno de los titulares más sorprendentes que se pueden dar en cofradías es que un imaginero ejerza sus derechos de propiedad intelectual sobre una imagen frente a una hermandad. Es el caso de la polémica que se ha suscitado entre José Antonio Navarro Arteaga y la cofradía trianera de vísperas de Pasión y Muerte.
El caso se ha suscitado a cuentas de la forma en que sale el crucificado de la corporación de la parroquia del Buen Aire. El Cristo que Navarro Arteaga realizara hace casi dos décadas, sale en posición horizontal y es incorporado a su posición natural a través de un mecanismo bastante complejo. Ante ello, el imaginero presentó un informe a la hermandad en el que advertía sobre las"fuerzas y tensiones que soporta el madero, que en algunas secciones es hueco". Toda vez que, ante la reacción propiciada por el informe, el mismo ha advertido que se reserva adoptar las medidas legales pertinentes en cuanto se refiere a ejercer sus derechos de propiedad intelectual sobre la imagen.
En una carta remitida a El Correo de Andalucía, Navarro Arteaga ha manifestado "Vivo estos días atónito y perplejo ante una situación desconocida totalmente para mí como artista y escultor y hermano de luz de mi hermandad de Pasión y Muerte. En mis más de 27 años como profesional no me he encontrado una situación igual de desconcertante (...). Gane quien gane las elecciones a junta de gobierno del próximo viernes, estoy en disposición de anunciar, amparado en la ley de derechos de propiedad intelectual y derechos de autor, que no daré mi consentimiento a la salida de la actual parroquia, debido a la imposibilidad física que la misma tiene y, el riesgo al que se expone la imagen (...). Si la hermandad no es responsable del bien que tiene entre manos, tendrá que ser el autor, si esta vivo como es mi caso, el que vele por su imagen".